Las vacaciones implican periodos en los que el protagonismo principal corresponde a la familia, que debe coparticipar en la escolaridad de los hijos ofreciendo un ambiente rico en valores y en estímulos educativos.
Por Lucero Ugaz. 25 enero, 2023. Publicado en El Tiempo, el 25 de enero de 2023.La familia es la célula de la sociedad; es la que establece la dinámica social, emocional e intelectual en la que los niños aprenden la convivencia social; a la vez, da forma a la calidad del desarrollo de los menores, así como a la profundidad de la relación padres-hijos. Por ello, en la familia se da la educación de los hijos, la cual es fundamental e insustituible.
Las vacaciones implican periodos en los que el protagonismo principal corresponde a la familia, que debe coparticipar en la escolaridad de los hijos ofreciendo un ambiente rico en valores y en estímulos educativos, el cual es el mejor cimiento para el crecimiento y formación de la persona.
En vacaciones, hay momentos de comunicación afectiva que pueden aprovecharse para estrechar lazos de amor, confianza y empatía entre los miembros de la familia. Esto propicia coordinar actividades, con una doble finalidad: compartir cara a cara sin un teléfono o televisión, y establecer una rutina horaria, en la que los pequeños distribuyan su tiempo entre los quehaceres de la casa y algún taller o programa personal.
La familia tiene la oportunidad de fortalecer la educación de los menores durante las vacaciones y planificar el tiempo de modo conjunto y participativo, con base en unas normas claras; y, conversando sobre qué les gustaría hacer durante este periodo no escolar. A continuación, planteamos algunas consideraciones para elegir con visión educadora:
• Iniciar el hábito del orden y la organización. Por ejemplo, definir horarios de comida, sueño, aseo personal, salidas de paseo, tiempos de juego, entre otros. Esto contribuye a un eficaz desarrollo físico, psíquico y espiritual. El orden es la base de todas las demás virtudes humanas; da confianza y seguridad al niño, desarrolla su sentido de ordenación lógica al divertirse ordenando sus juguetes y objetos por tamaño, colores y otros criterios que él u otro miembro de la familia sugieran.
• Comprender lo nuevo y lo transitorio cuando se realiza un paseo en familia a la playa, al campo, un viaje a un lugar específico, después de haberlo planificado y preparado entre todos, etc. La experiencia de aventura, o el convertir lo provisional en el hogar de la familia, permite al infante comprender que las normas de convivencia y el respeto entre las personas no cambian en ningún lugar ni estación.
• Practicar un deporte colectivo enseña al niño a enfocar la vida social y sus dificultades. La ejercitación y las aficiones deportivas ayudan a ampliar sus círculos de amistades y a enfrentar situaciones comunes en la vida como, ganar y perder.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.