Los africanos traídos al virreinato peruano aportaron creencias y cultura propia de cada una de las zonas de donde venían y, con ello, contribuyeron a la formación de la Nación peruana.
Por Ruth Rosas. 03 julio, 2023. Publicado en El 2 de julio de 2023.En esta ocasión centramos nuestra atención en el ámbito religioso y cultural de este grupo humano, destacando su adoctrinamiento y vida sacramental, así como su participación en las festividades religiosas más importantes del virreinato; sumándonos con ello a la celebración del Mes de la Cultura Afroperuana.
Adoctrinamiento de esclavos
En la época virreinal, los párrocos tenían el deber de adoctrinar a niños y esclavos los domingos, para lo cual podían servirse del apoyo de los maestros de primeras letras. Pese a algunos esfuerzos, pocos serían los frutos obtenidos por los africanos en relación con la comprensión doctrinal, a causa de la falta de continuidad en la evangelización y el escaso interés demostrado por ellos.
El tiempo no arregló los descuidos en la enseñanza de la doctrina a los esclavos; ello llevaría a emitir una cédula, en 1789, en la que se recordaba la tarea de los amos de explicar la doctrina cristiana todos los días de fiesta de precepto; en ellos no se les debía permitir trabajar ni para sí ni para sus dueños, así como obligarlos a oír misa, costeando los propietarios un sacerdote si fuere necesario.
Realizado el adoctrinamiento, se procedía a contarlos y se pegaba dicho padrón en la iglesia para conocimiento de todos los cristianos.
Sacramentos
Respecto al grupo de esclavos, lo primero que se intentaba hacer era bautizarlos, ya fuera en las costas africanas antes de embarcarse, o bien a su llegada a América.
Las autoridades españolas creían que todos los africanos salían, por lo menos, bautizados; pero, al parecer, el bautismo que recibían no era válido.
El sacerdote jesuita Alonso de Sandoval, describe tal situación: lo que se acostumbraba era ir a la nao un clérigo y preguntar a aquellos negros brutos si se querían bautizar y algunos de los que allí se hallan presentes… les gritan que digan que sí; y ellos tanto saben que cosa es sí como no, y sin catequizarlos, los bautizan.
Sabido es que el bautismo, aplicado a personas con uso de razón, implica necesariamente el pleno consentimiento de su parte; por tanto, para el caso de negros esclavos bozales recién llegados se invalidaba porque no entendían su significado y trascendencia. Después de adoctrinarlo por varios meses, recién se procedía a bautizarlos.
Sobre la Penitencia y Eucaristía, el VI Concilio Limense permitió a los esclavos confesar y comulgar una vez al año desde tiempo de Cuaresma hasta la octava de la solemnidad del Corpus Christi. El cumplimiento de este sacramento también quedaba registrado en los padrones de la respectiva iglesia, lo que permitía llevar un control exacto y proceder al respectivo castigo cuando lo ameritaba.
Fiestas religiosas
Las fiestas religiosas se enmarcan en el grupo de espectáculos que permitían reafirmar la evangelización y llegar con mayor eficacia a los grupos analfabetos.
La fiesta del Corpus Christi llegó a tierras americanas con los españoles y en Trujillo los españoles la celebraron por primera vez en 1551. En los años posteriores, se agregaron los demás grupos sociales, convirtiéndola en una clara representación de la jerarquía social existente.
Esta festividad incluía novenario y misas cantadas. El ceremonial iría recargándose con la presencia de adornos, así como con comparsas disfrazadas con distintas vestimentas y máscaras y con la música de varios instrumentos como arpas, cajas, quijadas de burro, flautas, etc., que acompasaban la victoria del Cristo Eucarístico sobre Satanás.
Por lógica comercial, las fiestas constituían tiempos de negocios que vendían banquetes acompañados de la infaltable chicha y dulces, como bollos, alfeñiques, acuñas y mazapanes. Seguramente, varias mujeres afroperuanas eran parte de este grupo que deleitaba los paladares de todos aquellos que probaban los deliciosos manjares que hoy siguen siendo parte de nuestro patrimonio gastronómico.
La segunda celebración religiosa más importante del año era la Semana Santa, iniciada con la procesión del domingo de Ramos y sucedida con una serie de cofradías que salían desde distintas iglesias.
La semana terminaba con la Fiesta de Pascua, y el siguiente domingo se daba paso a la procesión de Cuasimodo en la que participaban comitivas de danzantes negros conocidos como Los diablicos que iban vestidos con trajes llamativos y máscaras. Esta comitiva mostraba la lucha entre el bien y el mal -representados por el Arcángel San Miguel y Lucifer, respectivamente- tal como ha quedado plasmado en las acuarelas del obispo Martínez Compañón.