Empezó sus labores en UDEP, en 1983. Desde entonces, Margarita, licenciada de la Facultad de Ciencias de la Información (hoy Comunicación), se desempeñó en diversas áreas. Sus compañeros destacan su calidad humana.
Por Betsy Salazar Guerrero. 14 julio, 2023.Margarita Huayama Chero es una persona que ha dejado una huella indeleble en la Universidad de Piura, a lo largo de sus 40 años de dedicación y compromiso. Sus inicios en la UDEP se remontan a junio de 1983, cuando se unió al Laboratorio de Artes Gráficas desempeñándose en el área de Composición y Diagramación.
Luego, en 1992, tuvo la oportunidad de trabajar en el Departamento de Publicaciones ya que el área de Composición y diagramación pasó a formar parte de este nuevo departamento. Cuatro años más tarde, fue nombrada secretaria de la Escuela Tecnológica Superior, donde se adaptó a las nuevas funciones con el espíritu de amor y servicio que caracteriza a la UDEP.
En 2015, un nuevo reto llegó a su vida pues fue reasignada al área de Contabilidad General, un área totalmente distinta y llena de conocimientos nuevos para ella, pero con la ayuda de sus compañeros pudo asimilarlos y aplicarlos de la mejor manera.
Su cariño por la UDEP
De su paso por la universidad, lo que más valora es el espíritu humano y solidario que existe en ella, desde el rector hasta sus compañeros y amigos con quienes Margarita ha experimentado el apoyo personal e institucional en momentos difíciles. Por eso, para ella la UDEP es un lugar donde se siente cuidada y respaldada.
En el ambiente laboral considera que siempre se ha caracterizado por el respeto, la confianza y la ayuda mutua, que permiten que se cree un clima agradable de laboriosidad y responsabilidad en el que cada persona se involucra plenamente en su trabajo.
“Voy a extrañar a cada uno de mis compañeros, sus enseñanzas y ayuda para adaptarme a cada cambio, sus ocurrencias que ponían la chispa en cada cierre de mes, y su cariño que siempre me han demostrado en los momentos más difíciles de mi vida”, refiere.
También, afirma que extrañará el apoyo espiritual que le ha brindado la universidad, así como su constante preocupación por la formación cristiana y el desarrollo personal de cada colaborador.
Sus amigos no dudan en hablar de su generosidad, bondad y calidad humana. Carola García, quien falleció en el 2020, decía: “Margarita es una persona en la que se puede confiar. Fiel y leal. Llana a explicarte y enseñarte lo que no comprendes o no sabes. Lo hace con una paciencia única”.
Asimismo, Silvia Vilela, trabajadora de Biblioteca, resalta el gran amor que tiene hacia su familia con quien fue muy dedicada. “Es una hija ejemplar, cuidó de su padre y madre hasta el fin de sus vidas. Además, es una tía engreidora que ha criado a varios sobrinos que ahora ya son profesionales”.
Además, Lucy Vargas, su amiga desde hace muchos años, comenta: “Margarita es una persona dulce, pero a la vez fuerte y serena. Es ocurrente pero sabe ponerse seria cuando requiere la ocasión. Tiene una lealtad y trato casi maternal con todas sus amigas, cualidades que la hacen ser una buena amiga”.
Nuevos retos
A medida que se despide de la universidad, Margarita se enfrenta a nuevas oportunidades. Ahora, que ha llegado el momento de decir adiós afirma que se va feliz y tranquila, “satisfecha de haber desarrollado mis labores con un trabajo bien hecho”.
Buscará desarrollar sus habilidades, explorar oportunidades de negocios e incluso realizar algún viaje, que con la confianza y ayuda de Dios y la Virgen espera concretar.
Por último, Margarita expresa su profundo agradecimiento a la familia UDEP. “Gracias, mil veces gracias, por todo el apoyo brindado como trabajadora y como persona durante estos 40 años de vida laboral. Gracias infinitas por estar siempre ahí, cuando más necesité del apoyo espiritual y humano haciéndome sentir que no estaba sola y que formaba parte de la familia udepina. Siempre estarán presentes en mi mente y en mi corazón”.
Gracias, Margarita por tu gran trabajo y vocación de servicio.