El siglo XV, etapa del Renacimiento, fue un momento de gran creatividad artística, especialmente para la música, que goza de una situación privilegiada; los humanistas veían en ella el vehículo idóneo para la difusión de sus ideas.
Por Arturo Hernández. 22 diciembre, 2023. Publicado en El Peruano, el 22 de diciembre de 2023.Tiene, entonces, mucha importancia la música instrumental y la música vocal, lo que devino en la aparición de nuevas formas, tanto instrumentales como vocales.
En el aspecto vocal surge la música vocal profana como la siguiente:
El madrigal, que nace en Italia con temas de carácter lírico, amoroso y muy rico en elementos expresivos. Uno de los más grandes madrigalistas fue Claudio Monteverdi.
“La chanson”, forma especialmente francesa que procede de la canción trovadoresca, con influencia del madrigal italiano; uno de sus representantes es Clément Janequin.
Por último, surge el villancico, que fue la forma más significativa de la música española, cuyo texto es libre, generalmente de carácter popular sencillo, pero de gran fuerza expresiva. Esta forma musical gozó de gran popularidad durante la época de los Reyes Católicos. Se considera como uno de los más grandes representantes de este género al músico y poeta español Juan del Encina.
En un comienzo, el villancico fue de carácter popular con texto amoroso o que narraba situaciones cotidianas; lo cantaban los villanos o habitantes de las villas.
Es a comienzos del siglo XIX cuando el villancico comienza a ser canción alusiva a la Navidad y, se dice que el primer villancico fue Noche de Paz.
Noche de Paz nace en un momento muy difícil, en por los años del 1800, cuando después de guerras y conmoción política, vino un año muy duro conocido como el Año de la pobreza, esto fue en 1816; se perdieron los cultivos por el intenso frío, fuertes lluvias. Todo esto sensibilizó a un joven sacerdote, quien aferrado a su fe escribe un poema de esperanza que tituló “Noche silenciosa”, cuyos versos dicen:
Noche silenciosa, noche sagrada
Todo está en calma, todo es brillante
alrededor de tu virgen Madre e hijo
Santo niño tierno y suave, duerme
en paz celestial.
Este poema era para dar consuelo a un pueblo herido llamado Mariapfarr. Fue escrito nada menos que por Joseph Mohr, quien después fue transferido a otro pueblo llamado Obendorf, donde conoció a Franz Xaver Gruber, un profesor de primaria, quien también era músico y trabajaba en la misma iglesia de Mohr, como organista y director del coro.
El 24 de diciembre de 1818 se preparaba todo para la Misa de Nochebuena o misa de gallo, pero surgió un serio problema, el órgano se malogró y no se pudo arreglar. José Mohr adaptó un texto a su poema compuesto años atrás; fue a ver a Franz Gruber y le pidió que compusiera una melodía para esos versos. De esta manera nació el villancico que adornaría musicalmente la Navidad por siempre en el mundo entero.
Esa noche, el padre Mohr -tocando la guitarra y cantando la voz de tenor- acompañado por Gruber, quien hacía la voz de bajo, en la iglesia de San Nicolás en Obendorf, se escuchó por primera vez el villancico Noche de Paz.
Posteriormente, este célebre cántico fue entonado en muchos lugares de Europa. Se dice que fue interpretado para el emperador de Austria, Francisco José I; y para el emperador de Rusia, Alejandro I; y, en 1830 fue interpretado por primera vez en los Estados Unidos de América.
Se dice, también, que era la canción navideña favorita de Federico Guillermo IV, rey de Prusia.
Se cuenta que, como nadie imaginó la trascendencia que iba a tener esta canción, el manuscrito original se perdió. Como era una canción tan bonita, se la atribuyó a Haydn, Beethoven, a Mozart, hasta que en 1995 se descubrió el manuscrito original con sus dos creadores: música de Franz Xaver Gruber y letra de Joseph Mohr.
El 24 de diciembre de 1914, año que comenzó la Primera Guerra Mundial, desde sus trincheras todos los soldados, cada uno en su idioma natal, entonaron este villancico decretando una noche de paz.
Se dice que, ese año los nazis quisieron apoderarse de la canción con fines políticos, cambiando la letra. Fue entonces, Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos y el primer ministro británico, Winston Churchill, la entonaron juntos en la Casa Blanca.
El año 2011, la Unesco declaró este villancico como Patrimonio Cultural Universal. Y, a pesar de su sencillez, Noche de Paz se ha convertido en la canción más grandiosa y bella del mundo. No hay Navidad en la que no se interprete. Pienso que Dios iluminó a sus creadores, aquel 24 de diciembre de 1818. ¡Feliz Navidad!
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.