14

May

2024

Artículo

Superando los obstáculos de la vida

Debemos conocernos y ser conscientes de cuáles son nuestros obstáculos internos para poder sobreponernos. Todos nacemos en diferentes realidades, con marcadas diferencias sociales y económicas; y, en el trayecto, vamos encontrando obstáculos que debemos superar.

Por Jaime Ancajima. 14 mayo, 2024. Publicado en el diario El Peruano, el 11 de mayo del 2024.

Así vamos por la vida, afrontando problemas físicos, económicos, familiares, sociales y de toda índole, que merman nuestros pensamientos, nuestra percepción de la vida y nuestro actuar diario, tanto en el plano familiar como en el laboral.

Sin embargo, muchas veces, el principal impedimento para no emprender, avanzar o vencer las adversidades somos nosotros mismos. Los obstáculos que ponemos en nuestra mente son fundamentales para no dar el siguiente paso. Llegamos a tener pensamientos negativos, y estos son una de las principales causas por las cuales podemos temer al futuro o a lo incierto.

Si deseamos conquistar nuestra mente, superar los obstáculos y el miedo, es muy importante tomar el control de nuestros pensamientos, analizar cada uno de ellos y pensar en positivo.

Sigmund Freud dijo: “He sido un hombre afortunado, porque nada me fue fácil”. Se refería a los múltiples obstáculos que tuvo que salvar como pionero del psicoanálisis en una sociedad muy conservadora; además del peligro de ser judío en pleno auge del nazismo. Una existencia sin desafíos ni altibajos resulta cómoda a corto plazo, pero suele desembocar en la apatía y la falta de objetivos, ya que el ser humano solo valora y aprende de aquello que le cuesta.

Por esta razón, es importante reconocer que los obstáculos son una oportunidad para aprender y crecer. No debemos deprimirnos ante un problema o dificultad, pues estos nos permitirán poner a prueba o rebasar nuestros límites y descubrir nuestro potencial y valor.

Cuando tenemos problemas podemos llorar, desesperarnos, sufrir, buscar consejos o ayuda con un psicólogo, etcétera. Es aquí cuando nuestra actitud es muy importante. Considerar los problemas como la sal de la vida, aquello que hace interesante nuestro paso por el mundo, puede parecer absurdo, pero la literatura y el cine demuestran que es así. Todas las películas o novelas importantes tienen como trama un conflicto en su centro y nosotros estamos muy interesados en ver cuál fue el resultado final y aprendemos de las personas que supieron vencer esos problemas porque fueron más allá de sus límites.

En el portal Cuerpo Mente se dice que, ante las dificultades, podemos tomar tres actitudes: parálisis, nos sentimos desbordados, sin fuerzas, y nos quedamos inmóviles; resignación, aceptamos el obstáculo, pero sin buscar solución; y desafío, el obstáculo lo convertimos en una oportunidad de hacer las cosas de forma diferente y aprender algo nuevo acerca de uno mismo. Es con esta actitud que sacamos fuerzas de donde no pensábamos tener para cambiar la situación.

El psiquiatra Viktor Frankl sobrevivió a los campos de concentración en los que perdió a sus seres queridos y, en vez de hundirse en la amargura y el odio, fijó los fundamentos de la resiliencia en sus obras, que es la facultad de sobreponerse a los grandes reveses de la existencia.

Según el Portal Mentee, el aprender a superar obstáculos en la vida no es solo una cuestión de supervivencia, sino también de crecimiento personal. Los obstáculos, entendidos como esos impedimentos que te impiden avanzar hacia tus metas, también son una oportunidad para aprender y crecer como personas. De manera que cuando eliges tirar la toalla o sortear un obstáculo para no enfrentarte a él, en realidad te estás limitando a ti mismo, restringiendo las posibilidades de reforzar tus capacidades, aprender algo nuevo o ganar en conocimientos.

Debemos cambiar nuestra actitud y asumir los obstáculos que se presentan en el camino como una oportunidad de crecimiento. Al hacerlo, no solo te pondrás a prueba, sino que también aprenderás a conocerte mejor y serás capaz de identificar tus debilidades y fortalezas, podrás aprender de tus fracasos para evitar tropezar con la misma piedra dos veces, desarrollarás tu resiliencia, haciéndote más fuerte mental y emocionalmente, serás capaz de tomar perspectiva y reorganizar las prioridades en tu vida, estimularás tu creatividad y tu capacidad para adaptarte rápidamente a los cambios, dominarás nuevas herramientas y recursos que te ayudarán a afrontar los retos en la vida, reforzarás tu autoestima y autoconfianza, sintiéndote mejor contigo mismo.

Debemos conocernos y ser consciente de cuáles son nuestros obstáculos internos para liberarnos de conductas negativas que merman nuestras posibilidades vitales de sobreponernos. Asimismo, debemos trabajar en nuestra voluntad, “amar” nuestros obstáculos, y confiar en nuestras fortalezas.

Comparte: