El psicólogo Jeffry Montenegro, coordinador de la Unidad de Salud Mental del Policlínico Universitario, sostiene que abordar la prevención del suicido de manera empática y responsable es crucial para visibilizar esta realidad y ayudar a quienes lo necesitan.
Por Betsy Salazar Guerrero. 10 septiembre, 2024.Según la Organización Panamericana de la Salud, el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas; por ello, ignorar el tema impide que se reconozcan las señales de alerta. Al respecto, y en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el psicólogo Montenegro, del Policlínico Universitario de la UDEP, resalta la importancia de aprender a reconocer estas señales en niños, jóvenes y adultos, para brindar ayuda ante el riesgo de suicidio.
¿Cuáles son los motivos y factores detonantes que contribuyen a elevar las tasas de suicidio?
Entre los principales motivos se encuentran los problemas con la pareja o con los padres, la separación de la familia y la falta de oportunidades. Los factores que contribuyen a esta problemática son los trastornos de salud mental y las experiencias traumáticas de abuso, acoso, violencia o un trauma durante la infancia o adultez.
También, influyen los problemas de autoestima, las dificultades financieras como la pérdida de empleo y deudas, y el aislamiento social que se refleja en la soledad y la falta de redes de apoyo.
¿Cómo se relacionan la depresión y ansiedad con los casos de suicidio?
Ambos trastornos están estrechamente relacionados con el suicidio ya que pueden incrementar significativamente el riesgo de conductas suicidas. Las personas con depresión pueden ver el suicidio como una forma de escapar del dolor emocional. Asimismo, el estar en un estado de alarma o en un peligro inminente puede llevar a una desesperación intensa y al deseo de escapar de la angustia.
¿De qué manera se puede prevenir el suicidio?
Debemos informarnos sobre los signos de alerta del suicidio, que se manifiestan en el cambio de comportamiento, para poder buscar ayuda. Además, se debe fomentar un entorno seguro para hablar de los sentimientos y emociones, fortalecer las redes de apoyo social entre amigos, familiares o grupos, y asegurarse de que las personas tengan acceso a recursos de salud mental, líneas de ayuda y servicios de emergencia.
Después de una crisis o intento de suicidio, la atención continua y el seguimiento son importantes para ayudar a la persona a recuperarse y encontrar estrategias de manejo a largo plazo.
¿Qué estrategias implementa la Unidad de Salud Mental de la UDEP para promover el bienestar emocional y prevenir el suicidio entre los estudiantes?
Desde de la Unidad trabajamos un eje asistencial brindando atenciones psicológicas de consejería y orientación a nuestros estudiantes y trabajadores; un eje preventivo a través talleres y charlas para sensibilizar a los alumnos sobre la importancia de la salud mental; y un eje de promoción con la implementación de talleres psicoeducativos y actividades que fomenten estilos de vida saludables.
¿Cómo se puede identificar a un amigo o persona que está en riesgo?
Los indicadores de alteración que podemos reconocer son cambios recurrentes o prolongados de estados de ánimo, desesperanza en sus narraciones, desinterés en actividades que antes solía disfrutar, problemas constantes de insomnio o hipersomnia, expresión de sentimiento negativos o ideas directas de que los demás estarían mejor sin su presencia y el aislamiento del entorno social. Inclusive, cuando de una u otra forma la persona empieza a despedirse de sus amistades o familiares.
Ante estos factores, ¿cómo brindar ayuda?
Lo mejor que podemos hacer es observar, escuchar y conectar. Al observar debemos mantenernos atentos a las señales de alerta que pueda manifestar la persona. En la escucha, debemos ser empáticos y auténticos, hay que evitar juzgar la manera en que piensa o actúa, tomar en serio la idea de suicidio, usar un lenguaje amable y respetuoso, hablar del tema abiertamente y sin temor, preguntar los motivos que tiene para suicidarse y comprender la situación.
En el periodo de conexión, se debe vincular a la persona con su autoestima, logros y autovaloración. También, se debe contactar a algún familiar o miembro de su entorno cercano, invitarla a buscar ayuda profesional y darle información de números de emergencia a los que puede recurrir.
¿Cómo se debe incluir la promoción del equilibrio entre el bienestar físico y emocional en las universidades y en las políticas de salud?
Las universidades pueden promoverlo a través de diversas políticas y estrategias integradas, como programas de bienestar integral que aborden tanto el bienestar físico como el emocional, promoción de estilos de vida saludable, capacitación y sensibilización al personal académico y administrativo sobre el reconocimiento de señales de estrés y problemas de salud mental, y reducción del estigma mediante campañas de sensibilización e la integración en la cultura universitaria.
A nivel social, ¿qué rol podemos cumplir los ciudadanos en general, ante esta problemática?
Los ciudadanos deben sensibilizarse en el tema leyendo recursos confiables que brinden información veraz y profesional. Asimismo, deben conocer las señales de alarma del suicidio, y formase en primeros auxilios psicológicos que enseñan cómo intervenir en situaciones de crisis y ofrecer un apoyo básico a quienes están en peligro.
Además, debe haber espacios de diálogos abiertos, sobre la salud mental y el suicidio, dentro de la familia, grupos de amigos y comunidades; y, hay que procurar acceder a los recursos de ayuda y cultivar la empatía en la vida cotidiana, pues un acto de amabilidades puede hacer la diferencia.
Sobre Jeffry Montenegro
- Psicólogo y coordinador de la Unidad de Salud Mental del Policlínico Universitario de la UDEP.
- Terapeuta cognitivo conductual con más de diez años de experiencia en el campo de la Psicología.
- Máster en curso en Educación con mención en Psicopedagogía.