No deja de ser una excelente noticia que ya se haya logrado un posible tratamiento para la diabetes tipo 1. Sin embargo, los estudios aún se encuentran en sus fases iniciales, por lo que habrá que esperar que se confirmen estos primeros avances, tanto en el aspecto de su seguridad como de su eficacia.
Por Jaime Millás Mur. 14 octubre, 2024. Publicado en ExaudiCuando no habían pasado aún tres meses en que una mujer de 25 años con diabetes tipo 1 había recibido un trasplante de células madre reprogramadas, esta persona comenzó a producir su propia insulina. Se trata de la primera persona que recibe este tratamiento con células extraídas de su cuerpo. “Ahora puedo comer azúcar. Disfruto comiendo de todo, especialmente estofado”, ha declarado la mujer, que vive en Tianjing (China), cuando ha transcurrido algo más de un año desde el trasplante. El ensayo clínico en fase 1 se ha realizado a partir de células pluripotentes inducidas, lo que teóricamente no produce rechazo inmunológico. “Han revertido por completo la diabetes en el paciente, que necesitaba cantidades sustanciales de insulina antes de la operación”. Esto afirma James Saphiro, cirujano de trasplantes e investigador de la Universidad de Alberta en Edmonton, Canadá.
Este hallazgo, que constituye una primicia mundial, continúa el trabajo realizado por un grupo de investigación de Shanghái, China. Estos científicos anunciaron el trasplante en el pasado mes de abril de islotes productores de insulina en el hígado de un hombre de 59 años con diabetes tipo 2. En este caso también se utilizaron células madre reprogramadas del paciente y el resultado ha sido exitoso pues ya no está necesitando insulina.
Alrededor de 500 millones de personas padecen diabetes en el mundo. La diabetes tipo 1 tiene la característica de que los islotes que la producen son atacados por el sistema inmunitario. La diabetes tipo 2 es la más frecuente; en ella el organismo no produce la necesaria insulina o bien tiene una menor capacidad para aprovecharla. Una forma de tratar este mal consiste en el trasplante de islotes productores de insulina, pero la dificultad estriba en la escasez de donantes y en la necesidad de administrar inmunosupresores para impedir el rechazo en los receptores. Como es conocido, las células madre pluripotentes podrían cultivarse de manera indefinida y originar cualquier tejido, por lo que constituyen una fuente ilimitada del tejido necesario para producir insulina, como son los islotes pancreáticos. Si además las células que se utilizan son de la misma persona a la que se van a administrar, podría evitarse el uso de medicamentos inmunosupresores.
Deng Hongkui, biólogo celular de la Universidad de Pekín, con sus colegas, utilizó células de tres personas con diabetes tipo 1 y las llevó a un estado pluripotencial para obtener el tipo de célula necesario. La técnica que descubrió S. Yamanaka en 2006, fue modificada por Deng que cambió los genes que producían los necesarios factores de transcripción por pequeñas moléculas. De esta forma obtuvieron grupos tridimensionales de islotes y comprobaron la seguridad y la eficacia de estos en ratones y primates no humanos. Posteriormente, en junio de 2023, inocularon en los músculos del abdomen de la mujer 1,5 millones de islotes aproximadamente. Este procedimiento se efectuó en menos de media hora. La ventaja de transferir los islotes al abdomen es que permite la posibilidad de observar las células con la ayuda de la resonancia magnética. Hasta ahora los islotes se solían inyectar en el hígado, pero ahí no se pueden monitorear. Pasaron 75 días y la paciente no necesitaba recibir insulina y así ha continuado más de un año: sin experimentar los ascensos y bajadas de glucosa en sangre propios de la persona aquejada de diabetes mellitus. Daisuke Yabe, investigador de diabetes en la Universidad de Kioto aseveró: “Es extraordinario. Si esto se puede aplicar a otros pacientes, será maravilloso”. A su vez, Jay Skyler, endocrinólogo de la Universidad de Miami, Florida, que estudia la diabetes tipo 1, comentó que estos resultados le hacen pensar, pero considera que para declarar curada a esta mujer habría que esperar 5 años en los que se mantuvieran los niveles adecuados de insulina. En cuanto a Deng, afirma que “también son muy positivos” los efectos comprobados en otros dos participantes porque, en el mes de noviembre, cumplirán un año y confía en aumentar el número de participantes, incluyendo entre 10 y 20 personas más.
Hay que hacer notar que esta mujer recibió anteriormente un trasplante de hígado y, por tanto, le estaban administrando medicamentos inmunosupresores. Por esta circunstancia no se pudo determinar si el trabajo con células iPS aminoraba el riesgo de rechazo de los islotes pancreáticos. De todos modos, es necesario tener en cuenta que, aunque no se produzca un rechazo del injerto porque se trata de células del mismo receptor, en las personas que sufren diabetes tipo 1, como se trata de una enfermedad autoinmune, siempre es posible que se produzca un ataque del propio organismo a las células transferidas. Aunque Deng asegura que, a causa de los inmunosupresores, no se ha comprobado esto en la paciente, siguen trabajando en la posible obtención de células que pudieran sortear esta reacción propia de este tipo de enfermedades.
Los trasplantes autólogos tienen aspectos positivos. Sin embargo, se complica la posibilidad de extenderlos a la mayoría de las personas. Por este motivo los científicos han comenzado los trabajos con células de otros individuos y, a partir de ellas, obtener los islotes necesarios.
Vertex Pharmaceuticals en Boston, Massachusetts realizó un ensayo clínico con enfermos de diabetes tipo 1. En este estudio, alrededor de 12 participantes fueron tratados con islotes obtenidos a partir de células madre embrionarias. Las células fueron inoculadas en el hígado y los pacientes recibieron inmunosupresores. Aunque todos los participantes produjeron insulina cuando su sangre contenía glucosa, sólo algunos pudieron prescindir de la inoculación de insulina externa. Actualmente Vertex lleva a cabo un ensayo con islotes provenientes de células madre que se han resguardado del posible ataque del sistema inmune mediante un mecanismo. Este trabajo se realiza con enfermos de diabetes tipo 1 y busca inscribir a 17 participantes.
También Yabe va a realizar a inicios del año 2025 un ensayo clínico con células donadas procedentes de iPSc para obtener islotes y situarlos en el abdomen de tres participantes que están aquejados de diabetes tipo 1 a los que se les administrarán inmunosupresores.
No deja de ser una excelente noticia que ya se haya logrado un posible tratamiento para la diabetes tipo 1. Sin embargo, los estudios aún se encuentran en sus fases iniciales, por lo que habrá que esperar que se confirmen estos primeros avances, tanto en el aspecto de su seguridad como de su eficacia.
En cuanto al aspecto ético, es importante destacar el origen de las células del primer ensayo clínico al que nos referíamos. Se trata de células reprogramadas a partir de células somáticas y que se convierten en células pluripotentes. A partir de ellas podemos obtener cualquier tipo celular y esto facilita la obtención de los islotes de Langerhans que producen la necesaria insulina. Este procedimiento no presenta objeción ética por lo que es muy recomendable y debiera ser promovido.
Sin embargo, en otros trabajos a los que nos hemos referido, se parte del uso de células madre embrionarias. Esto tiene una calificación censurable desde la ética pues, como sabemos, para obtener las células embrionarias hay que destruir el embrión humano del que provienen. Eliminar un embrión humano es acabar con un ser vivo humano en sus primeras fases de desarrollo. No se trata de un ser humano en potencia, sino en acto, aunque todavía no se hayan actualizado todas sus potencialidades. No es comprensible que sigamos intentando trabajar con este tipo de células, cuando contamos con una alternativa perfectamente válida y que ha demostrado ser eficaz, además de que, al provenir del mismo individuo, es altamente probable que no sufran el ataque del sistema inmunológico.