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Feb

2025

Artículo

A 100 años del Fenómeno El Niño de 1925 – 1926

En 1925-1926 ocurrió el que posiblemente es el primer mega Niño del siglo XX. Los veranos de esos años fueron muy lluviosos en la costa norte del Perú, con precipitaciones desde Tumbes hasta Pisco.

Por Rodolfo Rodríguez Arismendiz. 17 febrero, 2025. Publicado en el Semanario El Tiempo, el 16 de febrero del 2025.

Diversos documentos registraron esta alteración climática a nivel internacional. En julio de 1925, Frederic Walcott publicó en The Geographical Review el artículo “An expedition to the Laguna Colorada, Southern Bolivia, with a note on the recent occurrence of El Niño”. Un año después, Robert Murphy abordó el tema en “Ocean and climatic phenomena along the west coast of South America during 1925”, en la misma revista.

El doctor Georg Petersen, quien trabajaba en Tumbes, mencionó en una publicación de 1935 las “excepcionales lluvias de los años 1925 y 1926, que azotaron catastróficamente, durante algunos meses, el litoral del Perú” y que “llamaron la atención del mundo entero”.

Por su parte, el historiador Jorge Basadre, en su Historia de la República del Perú (1822-1933), publicada en 1939, se refirió a “… las grandes lluvias e inundaciones de 1925-1926, verdadera catástrofe que causó gravísimos daños”.

A nivel nacional y local, el evento tuvo amplia cobertura en los principales diarios de la época. En Lima, El Comercio y La Prensa; en Piura, El Tiempo, La Industria y La Nueva Era; en Paita, El Eco y La Igualdad; y en Sullana, La Voz del Chira.

El Fenómeno El Niño de ese año ha sido objeto de análisis y discusión en foros científicos, congresos y conferencias, donde se buscaba explicar su origen o sus causas con base en el conocimiento de la época. De estas reuniones surgieron, posteriormente, boletines e informes, como los de la Sociedad Geográfica de Lima y la Sociedad Geológica del Perú.

Principales impactos: lluvias y daños
Petersen documentó en Tumbes volúmenes acumulados de 1524 mm en 1925 y 1265 mm en 1926. En 1925, llovió del 17 de enero al 12 de abril (86 días), y en 1926, del 9 de enero al 10 de abril (92 días). En Zorritos, el 16 de febrero de 1925, en una sola noche registró 375 mm de precipitación.

Schweigger señaló: “A causa de las lluvias tropicales, se pudo cultivar algodón sobre el tablazo de Paita durante tres años seguidos”. En Talara, las lluvias iniciaron el 19 de enero de 1925 y continuaron en febrero y marzo, con tormentas el 23, 24 y 26 de marzo.

En Lambayeque, superaron los 1000 mm entre el 13 de febrero y el 27 de abril de 1925. El mayor registro diario fue de 135 mm el 23 de marzo. La ciudad de Lambayeque estuvo al borde de la inundación.

Murphy indicó que “en 1925, Trujillo estuvo a punto de ser destruido, pues la lluvia alcanzó los 395 mm en marzo, en comparación con el promedio de los ocho años anteriores, que fue de apenas 35 mm”.

Petersen agregó más detalles: “La quebrada Corrales (Tumbes) tuvo grandes descargas; y la Tucillal, tras recibir 150 mm de lluvia en una noche (del 14 al 15 de marzo de 1925), generó una fuerte crecida que afectó Zorritos. Ese mismo año, el río Tumbes se desbordó y cubrió todo el valle, obligando a la población a movilizarse en canoas entre Tumbes y Corrales durante varios días. Gran parte de la ciudad quedó bajo el agua”.

En la Historia de la Cámara de Comercio y Producción de Piura (1891-1991), Jorge Moscol Urbina recogió que “las lluvias torrenciales y las crecidas del río Piura pusieron en riesgo a todas las poblaciones ribereñas, con la inminencia de una inundación total y su secuela de enfermedades, hambre y epidemias”. El alcalde de Piura, Nicolás Gonzales, solicitó la exoneración del impuesto “La Vial” debido a la catástrofe.

¿Fue un Niño costero?
La Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de EE. UU. (NOAA) reconstruyó los Índices de Oscilación del Sur (IOS) desde fines del siglo XIX e identificó particularidades en el bienio 1925-1926. Se concluyó que las lluvias de 1925 no pueden explicarse solo con el IOS, mientras que las de 1926 sí son compatibles con su comportamiento.

Un estudio reciente del doctor Ken Takahashi, del Instituto Geofísico del Perú, considera que ese año, 1925, ocurrió un evento “El Niño costero”.

La recurrencia de fenómenos como los de 1925, 1983 y 1998 ha subrayado la importancia de aprender a convivir con ellos. Y, refuerza la necesidad de que las autoridades y población tomen medidas de mitigación y adaptación para enfrentar los efectos del actual cambio climático. Esto pasa por considerar el factor climático en la ejecución de obras y en el emplazamiento de edificios públicos y viviendas.

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