Especialistas en ingeniería y ordenamiento vial de la UDEP destacan tres elementos clave para asegurar la durabilidad de las vías: un plan de drenaje, un plan de mantenimiento vial y el uso de pavimento de concreto.
Por Fernanda Vegas Sernaqué. 10 febrero, 2025.Las altas temperaturas y las lluvias de verano traen, una vez más, el caos a las calles de Piura. El ingeniero Jorge Timaná Rojas, especialista en ordenamiento vial y profesor de la Facultad de Ingeniería, señala que el pésimo estado de las vías afecta la transitabilidad y la calidad del servicio de movilidad. Agrega que los daños en las calles pueden poner en riesgo la seguridad de las personas, debido a “la falta de señalización adecuada en lugares complicados”.
Ante un panorama que se repite anualmente en la ciudad, la especialista en Ingeniería Vial, Gaby Ruiz Petrozzi, profesora de la misma facultad de la Universidad de Piura, destaca tres elementos clave que permitirían mantener el orden en las vías principales y asegurar la durabilidad de las carreteras: mantenimiento vial con acciones permanentes; un plan integral de drenaje, continuo y sostenible; y, priorizar el uso de pavimentos de concreto en zonas con deficiencias en sus drenajes.
Mantenimiento vial continuo
El primer elemento es un plan de mantenimiento vial que contemple acciones técnicas permanentes, pues “toda infraestructura necesita una inversión continua para alcanzar su vida útil prevista”, señala Ruiz Petrozzi.
Al respecto, Timaná Rojas indica que, como principio básico, el buen comportamiento del pavimento depende de un buen proceso de diseño, una buena construcción y un mantenimiento adecuado en el momento oportuno. En este sentido, destaca que la falta de cuidado permanente tiene una influencia directa en el deterioro prematuro de la infraestructura vial.
“El tipo de mantenimiento depende del material de la vía. Por eso, en Piura, resulta más eficiente invertir en pavimentos de concreto que, aunque tienen un costo inicial ligeramente mayor, requieren de una menor inversión en mantenimiento”, detalla.
Plan integral de drenaje
Otro elemento importante para mantener las vías en buen estado es la implementación de un plan integral de drenaje que sea continuo, sostenible y alineado con el crecimiento urbano.
“El agua es el principal enemigo del asfalto. Mientras persistan los problemas de drenaje, será difícil que una vía asfaltada tenga una vida útil prolongada”, sostiene Ruiz Petrozzi. En cuanto a las veredas y vías, señala que el desgaste es un factor natural, pero el problema más común es la presencia de parches y remiendos que reducen su durabilidad.
El tercer y último elemento que tomar en cuenta es la priorización del uso de concreto en zonas con deficiencias de drenaje. Un pavimento de concreto, según la especialista, puede durar hasta 50 años, mientras que uno asfáltico, con mantenimiento adecuado, puede alcanzar 10 años. “Pero, si se construyen las carreteras y se abandonan hasta que estén intransitables, es una inversión perdida”, acota.
Otra alternativa son los adoquines, sin embargo, aunque este material es resistente respecto a los daños que ocasiona el agua, también tiene limitaciones. “Los adoquines son menos resistentes al tráfico pesado y tiene costos iniciales más altos”, sostiene.
Los tres elementos detallados son complementarios. La ingeniera Ruiz especifica que, si bien existen tecnologías de asfaltos modificados más resistentes a altas temperaturas y lluvias, si no se resuelve el drenaje, “ninguna tecnología será efectiva”. Agrega que, la estructura debajo del asfalto es clave, ya que soporta los esfuerzos del tráfico y cualquier filtración de agua a través de baches, veredas rotas o buzones en mal estado “debilita la base y reduce la vida útil de la vía”.
¿Desde qué otros frentes aseguramos obras de calidad?
Si bien un plan integral de drenaje, un plan de mantenimiento vial y el uso de concreto o adoquines pueden aumentar la durabilidad de las vías, los docentes e investigadores de la UDEP recomiendan seguir adecuadamente los procesos de contratación y construcción.
Actualmente, las normativas establecen los métodos de diseño y los requisitos mínimos de construcción, “pero las autoridades determinan las condiciones de diseño, la durabilidad esperada y los niveles de inversión en mantenimiento. Sin una correcta gestión y supervisión, el cumplimiento de la normativa no garantiza infraestructuras duraderas”, sostiene Gaby Ruiz.
Por su parte, el ingeniero Timaná destaca la importancia de los controles en obra y las especificaciones técnicas para cumplir con los estándares de calidad. “La mejor forma de garantizar la calidad de la obra vial, además de una buena supervisión, es el autocontrol que todo contratista debe implementar. Eso genera confianza y el beneficio es para todos”, comenta.
Efectos en la seguridad de los ciudadanos
Las vías deterioradas incrementan los costos de operación de los vehículos, afectan la seguridad de conductores y transeúntes por maniobras imprevistas para evitar baches; y reducen la capacidad vial e incrementan las posibilidades de accidentes de tránsito.
En este sentido, Timaná recomienda, para el corto plazo, señalizar las zonas más complicadas para que los transeúntes y conductores estén informados sobre los desvíos o cierres de calles y tomen precauciones.