En el Día Mundial del Síndrome de Down, la profesora Lucero Ugaz reflexiona sobre cómo ha evolucionado la inclusión y equidad de los niños con trisomía 21 en las aulas de clases.
Por Betsy Salazar Guerrero. 21 marzo, 2025.El Síndrome de Down es una variación cromosómica natural que siempre ha formado parte de nuestra condición humana. En ese sentido, la magíster Lucero Ugaz, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura refiere que es necesario concientizar a la sociedad a que valoren, respeten y recuerden que las personas con esta discapacidad intelectual tienen una dignidad inherente y aportan a nuestra sociedad desde su condición genética.
¿Cómo ha evolucionado la inclusión y equidad de estudiantes con Síndrome de Down en las aulas?
Con gran optimismo vemos que hoy en día estos niños son incluidos dentro del sistema regular, gracias a la Ley 30797 general de educación que promueve la educación inclusiva (2018). Se ha comprendido que son estudiantes distintos, con necesidades educativas propias y que pueden llevar un estudio escolarizado con niños neurotípicos.
La inclusión con equidad es valiosa y positiva para el niño con síndrome de Down y sus compañeros pues aprenden a ser empáticos, a compartir y, sobre todo, a crecer juntos en hábitos buenos que los llevará a desarrollar valores y virtudes para ser mejores personas.
¿Cómo se debe dar la inclusión en el aula?
Se tiene que dar en un ambiente con igualdad de oportunidades. No basta con que los niños se encuentren en las aulas, sino que la maestra debe aprovechar al máximo las posibilidades de aprendizaje para potenciar el aprendizaje del niño con Síndrome de Down y esto solo se logra si se le presta la atención que precisan, una actitud favorable, y una adecuada capacitación de los educadores.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan los alumnos con síndrome de Down en el sistema educativo?
El primer desafío es la aceptación y buena disposición de las escuelas. Los niños con Síndrome de Down presentan un ritmo de aprendizaje más lento, y su capacidad de atención, memoria, lenguaje y motora tiene un desarrollo diferente en cada persona. Sin embargo, esto no les incapacita para que sean capaces de aprender, amar, jugar, desarrollar su lenguaje, trabajar y también de ser independientes y desarrollar la autonomía.
Otro desafío es el respeto en el ambiente donde se encuentren; es decir, que los compañeros comprendan, acepten, respeten y, sobre todo, los valoren por su condición de persona.
¿Qué estrategias pueden aplicar los docentes para fomentar un ambiente inclusivo en el aula?
La inclusión en las aulas es un enfoque pedagógico que garantiza una educación personalizada. Se debe dar la oportunidad para que el niño desarrolle su autonomía en la escuela a través de encargos sencillos como repartir el material, las loncheras, etc.
Además, se puede usar la música y los cuentos para desarrollar el lenguaje, el cual es un factor indispensable para la relación con sus compañeros. También, se pueden realizar juegos grupales porque le permiten al niño fomentar el habla y el vocabulario.
¿Cómo pueden adaptarse los currículos para garantizar un aprendizaje significativo para estos estudiantes?
Es importante que la maestra realice una diversificación de los contenidos, desempeños, metodología y materiales para que se logre una adaptación curricular para los niños con Síndrome de Down y pueda potenciar su aprendizaje.
¿Qué papel juega la familia en el proceso educativo de un niño con síndrome de Down?
Los padres son indispensables y necesarios en el proceso educativo del niño con Síndrome de Down; todos los maestros son colaboradores. Los estudios demuestran que son los mejores en realizar una intervención temprana y oportuna en casa, ya que es donde pasa la mayor parte del tiempo, realizando actividades rutinarias en cada momento del día.
En el ambiente familiar se debe realizar la estimulación con la guía de un especialista. Los niños aprenden todos los días en un ambiente natural con amor, cariño, mucha dedicación; es decir, se deben sentir incorporados en la vida de familia igual que los demás hijos.
