19

Mar

2025

Artículo

Zonas inundables: un riesgo latente en Piura y Castilla

Piura y Castilla enfrentan un problema recurrente: las inundaciones. Su ubicación en una superficie mayormente plana, la presencia del río Piura y la composición arenosa y aluvial de sus suelos las hacen particularmente vulnerables.

Por William Araujo Navarro. 19 marzo, 2025. Publicado en el Suplemento El Tiempo, el 16 de marzo del 2025.

La geografía de una zona es fundamental en la ocurrencia de inundaciones. Piura y Castilla tienen una pendiente descendente de norte a suroeste, lo que facilita que el agua escurra hacia las áreas más bajas. Estas zonas deprimidas, con diferencias de relieve de apenas 3 a 4 metros, son propensas a inundaciones temporales cuando hay lluvias intensas. Otro factor determinante es la composición de los suelos, que, en su mayoría, están formados por arena fina y suelta, lo que dificulta la absorción del agua y contribuye a permanezca más tiempo en la superficie. En condiciones normales, el nivel freático está entre 3 y 5 metros de profundidad; sin embargo, con lluvias extraordinarias puede ascender hasta la superficie y agravar la situación.

Áreas más afectadas
Las zonas situadas con menos de 30 metros sobre el nivel del mar, especialmente en el suroeste de Piura y Castilla, sufren inundaciones más severas. Allí, el agua puede estancarse y generar problemas en viviendas, calles y servicios básicos. Algunas áreas históricamente afectadas son la Laguna Santa Julia, Nueva Esperanza y Los Polvorines en Piura; así como Tacalá y Río Seco, en Castilla. En contraste, en las zonas más elevadas se dan inundaciones superficiales, aunque ciertos sectores con depresiones aisladas, como Ignacio Merino, El Chilcal y parte de la urbanización Los Rosales, también pueden verse afectados. La acumulación de agua en calles y viviendas dificulta el tránsito y expone a la población a problemas de salud e infraestructura. Otras zonas altamente vulnerables son Ignacio Merino y El Chilcal, que sufren anegamientos recurrentes por acumulación de agua y falta de drenaje, 18 de Mayo y la intersección de la avenida Sullana con Los Naranjos, experimentan inundaciones constantes por colapso de desagües; y, en la Laguna Santa Julia y la avenida Cáceres, el agua se estanca por deficiencias en el drenaje pluvial.

Drenaje pluvial
Este sistema de Piura y Castilla utiliza el relieve natural para canalizar el agua de lluvia hacia puntos específicos, como las lagunas Santa Julia y Coscomba y la quebrada El Gallo. Sin embargo, presenta fallas en varias áreas críticas, por lo que el agua se acumula en zonas urbanas y aumenta el riesgo de inundaciones. A lo largo de los años, ha habido diversos esfuerzos para mejorar el drenaje pluvial en Piura. En 2018, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios firmó un convenio con el Reino Unido para recibir asesoría técnica en la construcción de sistemas de drenaje pluvial en varias ciudades del norte del Perú, incluida Piura. Sin embargo, hasta el 2023 los avances han sido limitados y se estima que las obras podrían concluir recién en 2032. En 2024, la Autoridad Nacional de Infraestructura impulsó acuerdos para implementar un proyecto integral de control de inundaciones y drenaje pluvial en Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre. A pesar de estos esfuerzos, el sistema de drenaje sigue siendo deficiente en áreas críticas.

Posibles soluciones
Mientras se implementa un sistema de drenaje pluvial eficiente, se pueden adoptar medidas temporales para mitigar el impacto de las inundaciones, como las siguientes: instalar bombas de extracción de agua en puntos críticos para reducir el estancamiento; y, habilitar zanjas de drenaje temporales en calles y espacios abiertos para canalizar el agua hacia zonas menos vulnerables.

Asimismo, es fundamental la limpieza continua en desagües, canales y drenes para evitar obstrucciones. Colocar sacos de arena en las entradas de viviendas y negocios ubicados en zonas bajas puede ayudar a reducir la filtración del agua. Además, se puede fomentar la recolección y almacenamiento de agua de lluvia en reservorios temporales, para evitar que se acumule en las calles. Finalmente, es crucial que las autoridades activen planes de emergencia y albergues temporales para las familias afectadas, para asegurar su bienestar mientras se trabaja en soluciones permanentes.

Conclusión
Las inundaciones en Piura representan un problema recurrente que requiere atención urgente. Afectan la vida cotidiana, generan daños en viviendas e infraestructuras y aumentan el riesgo de enfermedades debido al agua estancada. Factores como la geografía, la composición del suelo, el nivel freático y las deficiencias en el drenaje agravan la situación, especialmente durante el Fenómeno El Niño.

Es crucial que las autoridades y la población trabajen juntas para mejorar la infraestructura de drenaje, fortalecer la planificación urbana con criterios sostenibles y adoptar medidas preventivas, como el mantenimiento de canales pluviales, la reforestación de áreas vulnerables y la educación en gestión del riesgo. Solo con un enfoque integral y acciones concretas se podrá mitigar el impacto de estos desastres naturales y garantizar la seguridad de los piuranos.

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