“Una psicología con alma” fue el título de la lección inaugural pronunciada por el psicólogo y psicoterapeuta, Raúl Franco, profesor emérito de la Universidad de Piura y pionero en la creación del programa de Psicología.
Por Elena Belletich Ruiz. 26 abril, 2025.El profesor Franco pronunció su lección durante la ceremonia de Apertura Oficial del Año Académico 2025 de la Universidad de Piura, realizada el 23 de abril en Lima y el 26 en Piura. Antes los cientos de titulados y graduados de esta casa de estudios, de sus amigos y familiares, así como de autoridades académicas, profesores y amigos de la UDEP, expresó que, desde el comienzo de la carrera de Psicología “asumimos el compromiso de construir una propuesta integradora de la psicología, poniendo a la persona en el centro como eje articulador entre diversas corrientes”.
En su lección inaugural esbozó lo qué significa una psicología con alma, a partir de tres ejes temáticos principales: la importancia de las humanidades en la psicología, el concepto de persona y sus notas constitutivas a la luz de la psicología y su importancia y del contrastaste las visiones teleológica y adaptativa del desarrollo humano.
Refirió que, durante muchos años, “gran parte de la psicología, influida por filosofías positivistas reducen el conocimiento válido a lo observable y verificable. Se encuentra fuertemente afectada por el relativismo epistemológico, que niega la existencia de verdades universales y reduce la verdad a meras percepciones subjetivas o construcciones culturales”. En ello, dijo, también influye la priorización de las emociones por encima de la razón y la voluntad, “lo que contribuye a una visión desequilibrada del ser humano”.
Como el resultado, explicó, la pensadora Edith Stein llegó a afirmar que la psicología “es una ciencia sin alma”, lo que el profesor Franco propone revertir construyendo una psicología con alma. Esto es “planteando una nueva forma de enriquecer esta disciplina, colocando a la persona en el centro”, considerando sus dimensiones constitutivas, entre ellas su singularidad, la intimidad y la apertura.
Durante su exposición señaló que, una de las diferencias entre la visión centrada en la persona y las psicologías sin alma se da entre la visión teleológica y la adaptativa. Según Santo Tomás de Aquino, en la primera, “todo en el universo tiende naturalmente hacia un fin, hacia una causa última; no es fruto del azar, sino parte de un orden divino. …En esta línea, el ser humano muestra una inclinación natural hacia un despliegue de potencialidades y busca ir más allá de lo inmediato y biológico, es decir, hacia la trascendencia”.
Sin embargo, con la visión adaptativa, presente en muchas de las corrientes psicológicas actuales, el desarrollo humano es una mera respuesta de adaptación, desde el nacimiento hasta la muerte; el hombre reacciona a estímulos externos, por su necesidad de adaptación y supervivencia, explica el docente de la UDEP.
Reiteró que es muy importante “rescatar y seguir desarrollando una psicología con alma, vinculando más las humanidades a la psicología, uniendo la vía sintética a la analítica, pero partiendo de la práctica profesional”.
Además, resaltó la importancia de experiencia (como los 45 años que tiene en la psicología), de la práctica para realizar propuestas. Algo evidente, indicó, es que “una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica. Sin clínica, todo queda en ideas brillantes. Pero partiendo del paciente y de la realidad que buscamos servir, comprendemos que esta supera cualquier teoría. La experiencia ofrece un lenguaje que la teoría difícilmente puede transmitir”, subrayó.
Como resumen o conclusiones de su propuesta para “una psicología con alma” señaló lo siguiente:
- La psicología contemporánea, configurada por diversas corrientes filosóficas, ha dado lugar a una fragmentación en escuelas donde la persona está ausente, lo que origina una psicología sin alma.
- El ser humano es una unidad indivisible de cuerpo, alma y espíritu, donde este actúa como núcleo que da sentido y unicidad. Desde esta visión, se define a la persona o espíritu por lo que es, no por lo que tiene.
- Incluir la dimensión espiritual en la psicología la humaniza, al orientar la terapia no solo a curar, sino también a potenciar el desarrollo hacia una vida plena y con sentido. El tratamiento psicológico puede entenderse no solo como eliminación del mal, sino también como multiplicación del bien.
- Los conceptos de adaptación y emociones analizados muestran con claridad las diferencias entre una psicología deshumanizada y otra que apunta a la plenificación de la persona.