“Hosanna” expresa júbilo y súplica por la salvación. Su uso litúrgico, con raíces hebreas y cristianas, cobra especial significado en el Domingo de Ramos, al reconocer en Jesús al Mesías esperado.
Por Carola Tueros García. 14 abril, 2025. Publicado en Diario El Tiempo el 12 de abril de 2025.Iniciamos la Semana Santa, con el Domingo de Ramos. En las celebraciones litúrgicas escucharemos «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!» (Mc 11, 9). No obstante, ¿sabemos con precisión qué significa?
Desde el punto de vista religioso, el Diccionario del estudiante (RAE, 2016) menciona que es una interjección utilizada en la liturgia cristiana y judía para expresar júbilo: Al paso de Jesús, la gente agitaba sus palmas y exclamaba: –¡Hosanna! También, un sustantivo masculino que alude a un himno cantado en la fiesta del Domingo de Ramos: Los fieles entonaron hosannas y aleluyas. Asimismo, el Diccionario de la lengua española (2014, v. 23.8), indica que la exclamación de júbilo es sinónimo de aleluya, alabanza, alegría: «¡Hosanna en las alturas!» (Mt 21, 9).

Fuente: Verás Noticia
Hosanna procede del latín tardío hosanna, y este del hebreo hōša‘nā ‘salve’, forma corta para hôšî‘â-nā’ ‘salva, te rogamos’ o ‘salva ahora’. En el judaísmo siempre se emplea la forma original hebrea (‘sálvanos’) con la pronunciación /xochianá/.
En el Antiguo Testamento aparece como una apelación a la ayuda divina: «Oh Señor, sálvame; concede, Señor, un próspero suceso» (Slm 118, 25). En el Nuevo Testamento como grito de júbilo, se vincula con la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de Jerusalén, pues la gente emocionada agitando las palmas exclamaba ¡hosanna!, reconociéndolo como el Mesías: «¡Hosanna, salud y gloria al hijo de David!» (Mt 21, 9).
Con el sentido de salvación, hosanna se remonta a la fiesta hebrea de los Tabernáculos, de las Cabañas o Sucot, que recuerda la liberación de los israelitas de la esclavitud egipcia por gracia del Señor, así como los avatares durante los 40 años en el desierto viviendo errantes en cabañas provisorias o sucot. En estas festividades durante los siete días de su duración un sacerdote recitaba el Salmo «Sálvanos ahora, te suplico» y el séptimo día, también llamado ‘Gran Hosanna’, se realizaba una reunión especial y se clamaba hosanna.
Por otro lado, la acepción de júbilo y alabanza no se restringe al Domingo de Ramos, sino que se usa durante todo el año eucarístico. Y, efectivamente, nosotros en cada misa podemos entonar el hosanna por medio de distintas melodías como el Santo zaireño o el Hosanna en el cielo.
En definitiva, hosanna es una palabra que conlleva mucha significación en la liturgia cristiana: la necesidad de salvación humana remontándonos a la esperanza judía (A. T.) y la llegada del Mesías con el reconocimiento gozoso de los actos salvíficos de Dios (N. T.).
Hoy, Domingo de Ramos, proyectemos nuestra fe en la misericordia divina cantando «Hosanna, hosanna, hosanna, en el cielo. Bendito el que viene en el nombre del Señor, hosanna en el cielo».