En el caso particular del sector cultural, se suma el no perder de vista el valor que tienen los bienes y recursos culturales, lo cual es una característica clave de los profesionales de la cultura.
Por Pedro Rodrigo Falcón Sarango. 02 abril, 2025. Publicado en diario Correo el 29 de marzo de 2025.Qué tienen en común el desarrollo de la Batalla de Junín y un proyecto cultural. A simple vista, poco o nada; sin embargo, tenemos que mirar a fondo para encontrar puntos de encuentro. En ambos casos la planificación y la estrategia están presentes. Según Peter Drucker, la planificación estratégica es un proceso continuo que permite tomar decisiones en el futuro a partir del conocimiento del presente. Esto supone, entre otras premisas, construir objetivos, desarrollar acciones para que sean ejecutadas en un período de tiempo y considerar cuáles son los recursos disponibles.
Con el tiempo, la gestión cultural se ha nutrido de otros sectores profesionales. Uno de ellos es la planificación estratégica. Difícilmente podríamos imaginarnos a un gestor cultural trabajando en instituciones públicas o privadas, gestionando o diseñando proyectos, realizando consultorías o investigando, sin emplear las herramientas y metodologías que esta disciplina le proporciona y, en algunos casos, exige incorporar en su práctica laboral.
El conocimiento amplio del entorno y de la organización, la formulación de la estrategia, el diseño de objetivos, la ejecución de un plan de acción, así como la evaluación de este son algunos de los elementos claves de todo proceso de planificación. En el caso particular del sector cultural, se suma el no perder de vista el valor que tienen los bienes y recursos culturales, lo cual es una característica clave y diferencial de los profesionales de la cultura quienes, si planifican estratégicamente, podrán desarrollar proyectos concretos, reales, sostenibles y participativos que construyan puentes para acercar la cultura a la ciudadanía.
