¿Estudiar desde una zona lejana, con difícil conectividad de internet? Esto se preguntaban Iyari Benavides, Yésica Monsalve y Erick López, cuando se anunció el ciclo en modalidad no presencial, por la emergencia. Compartimos sus experiencias.
Por Jovita Trelles. 04 mayo, 2020.Hace un mes, como todos los alumnos de la Universidad de Piura, por la coyuntura de la emergencia sanitaria, Iyari Benavides, Yésica Monsalve y Erick López iniciaron la experiencia de una nueva forma de aprender: las clases en modalidad no presencial.
El 16 de marzo, cuando se decretó el aislamiento social en el país, por el avance del COVID-19, Iyari, Yésica y Erick, becarios del Programa Beca 18 en la Universidad de Piura, estaban con sus familias en Amazonas, San Martín y Piura, respectivamente.
Decisiones
Antes, y después de ese día, tuvieron que tomar importantes decisiones para asegurar la continuidad de sus estudios. Vivir en una zona rural con limitada conexión a Internet era una de los principales inconvenientes que debían superar, para seguir formándose.
Iyari Benavides, natural del Centro Poblado Hualango, distrito de Cumba, provincia Utcubamba (Amazonas), cursa el séptimo ciclo de Ingeniería Civil.
“Mi pueblo está a 4 horas del distrito de Cumba, no hay señal de Internet y la cobertura telefónica es mala. Antes de la orden de aislamiento, cuando la UDEP anunció las clases en modalidad no presencial, decidí viajar a mi distrito, para alquilar una habitación. Aquí la señal es un poco mejor y podría estar conectada a mis clases”, comenta.
Sus padres se quedaron en Hualango. “Sé que cuento con su apoyo. Es un esfuerzo grande, pero cuando se tiene ganas de estudiar, todo es posible” enfatiza Iyari. Con la responsabilidad de estudiar también debe tomar las medidas necesarias para cuidar su salud.
Considera que cursar este ciclo es reto, no solo para ella sino también para sus compañeros. Sin embargo, a pesar de las dificultades que se puedan presentar, está convencida de que este tiempo es y será de mucho aprendizaje. Además, tiene claro que aún debe esforzarse más.
Energía de familia
Yésica Monsalve (IV ciclo, Ingeniería Civil) cuenta que el estado de emergencia decretado por el Gobierno la tomó por sorpresa. Por esa fecha, ella apoyaba a sus padres en los cultivos de café, en su chacra. La casa se encuentra a una hora del centro poblado San Juan del Mayo, distrito Pardo Miguel, provincia de Rioja (San Martín).
“La noticia del aislamiento social obligatorio la recibí al día siguiente, cuando pude conectarme a Facebook. Donde nos encontramos no hay energía eléctrica, obtenemos energía a través de un panel solar”, cuenta.
Retornar a Piura era casi imposible, pues el acceso a movilidad por la zona es escaso. A ello, se sumaba que su laptop la dejó en Piura. Al inicio pensó lo difícil que sería estudiar durante este ciclo, pero con ayuda de sus padres, el Pronabec y la Universidad de Piura vio que sí era posible continuar.
“Recibí la comunicación de la UDEP, en la cual me informaba que me proporcionarían un plan de datos en mi móvil, mi herramienta de estudios por ahora. Donde me encuentro, el Internet se capta mejor en las zonas altas, por eso mi papá me construyó un pequeño ambiente en una loma para poder tener mejor cobertura. Gracias a este apoyo he podido continuar en clases”, refiere.
La Universidad de Piura tiene 1633 becarios, entre sus campus de Piura y Lima, de diferentes modalidades de becas (Concurso de Becas y Semibecas UDEP, Pronabec, Becas Sinersa y otras). Al iniciarse el periodo de emergencia sanitaria, todos ellos, así como los estudiantes que tienen escalas especiales, fueron contactados por la UDEP para conocer su situación de salud y las de sus familias, así como posibles inconvenientes, como de conectividad.
De esta manera, les informó de la posibilidad de recibir un plan de datos móviles para que cuenten con una conexión para acceder a las clases en modalidad no presencial. El 75% de becarios, es decir 1236 alumnos, ha recibido este paquete. El 25% restante comentó que no lo requería pues contaba con Internet en sus domicilios.
Una buena conexión
En el caserío Villa Vicús, distrito de Chulucanas (Piura), vive Erick López (VII ciclo, Ingeniería Mecánico Eléctrica).
“Apenas me enteré de que las clases serían de forma virtual, alquilé en el pueblo una habitación. Me aseguré de que hubiera internet, para estar conectado. Estoy a 30 minutos de mi casa”, narra. Siempre que va o viene, también tiene en cuenta las medidas de seguridad.
Erick comenta que en lo que va del ciclo ha sido evaluado a través de prácticas calificadas que ha aprobado y trabajos presentados a tiempo. Para él, “lo importante es la organización y estar concentrados en nuestros estudios”. Es consciente de que el momento le exige más porque este ciclo “implica más compromiso y responsabilidad de mi parte, sobre todo cuando falta poco para culminar la carrera”, enfatiza.
La educación, en todos los niveles, es uno de los sectores que se ha visto en la necesidad de cambiar su formato presencial por el virtual. El reto ha sido grande tanto para los docentes como para los alumnos. Sin embargo, es claro el gran esfuerzo que todos realizan para que la formación no se detenga.
Aprendizaje
Buscando soluciones a las dificultades, entre los becarios y la universidad, los alumnos van saliendo adelante, junto con sus compañeros, docentes y demás personal. Nadie podía prever esta situación de emergencia sanitaria nacional. Como dicen Iyari, Yésica y Erick, de esta situación hay mucho que aprender y dar.