Para el profesor Pedro-Juan Viladrich, el confinamiento puede crear una convivencia llena de altibajos junto a nuestros seres queridos; pero es, a la vez, una oportunidad para conocernos mejor y afianzar nuestros lazos más íntimos.
Por Daniela Cerna. 10 septiembre, 2020.En el marco de la Semana de la Familia, del 7 al 11 de setiembre se viene organizando la “I Cumbre Iberoamericana: Gobierno, Vida, Familia”, programa que ha reunido a 30 líderes políticos, académicos, influenciadores y emprendedores para disertar sobre la vida y la familia.
Entre los ponentes participó ayer el doctor Pedro-Juan Viladrich, jurista, investigador, humanista; profesor de la Maestría en Matrimonio y Familia del ICF y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Piura. Su exposición se tituló “Nuestros amores y vínculos íntimos en tiempos de pandemia: cómo superar algunos motines y arbordajes”.
Viladrich parte de la premisa de que “el coronavirus ha puesto a prueba las relaciones con nuestros amores íntimos”; sean nuestros padres, hermanos, cónyuges, abuelos u otros allegados, pues la intensidad del confinamiento pone en manifiesto ciertos malestares o situaciones de fragilidad que nos permiten ver al otro de manera distinta.
Sin embargo, indica que, pese a ser un momento oportuno para conocer mejor el estado de nuestros amores y vínculos íntimos, hay quienes pueden caer en el riesgo de descuido y desconcentración, generando una disociación con el otro y encerrándose en el egoísmo.
“El coronavirus ha develado que las relaciones con nuestros amores y vínculos íntimos no pueden ser perfectas, porque ninguno de nosotros lo es. No podemos caer en el egocentrismo de exigir perfección a los otros, descuidando la consciencia de que nosotros tampoco lo somos”, indicó.
Para vencer al virus del egoísmo, Viladrich aconseja practicar la misericordia, pues, mantener un corazón tierno hacia nuestras propias miserias y las de nuestros amados, nos permitirá ayudarnos, alegremente, los unos a los otros, en vez de hundirnos.
“Esa ternura es uno de los secretos a voces para que nuestras relaciones no sean víctimas de sus defectos y de sus limitaciones, sino que se conviertan en un punto de mayor reunión, de unirse más a fondo, de conocerse y aceptarse mejor; y, por tanto, de una fuente de alegría”, comenta.
¿Cómo amar en tiempos de coronavirus?
Siendo la misericordia una necesidad para superar los motines del confinamiento con nuestros amores íntimos, el amor real se convierte en otro de los ingredientes imprescindibles.
Viladrich postula que el amor real solo puede entregarse a alguien real, no fabricado por nosotros, sino respetado en su diferencia, en su manera distinta de ser, vivir, pensar y actuar.
“Amar es la acogida de la diferencia, de manera que, quien no tiene a alguien distinto se expone a ser amador de sí mismo y de exigir a los demás un amor falso. Hay cinismo y dominación. Amar es relación y, por lo tanto, apertura; es la predilección por el amado, que sustituye poco a poco a la predilección por nosotros mismos”, agrega.
Además, para quienes encuentran en el confinamiento la causa de los problemas en sus relaciones, el jurista señala que “no es el coronavirus el que nos está impidiendo crecer como unidad, pues esta no necesita de manera imprescindible la coincidencia de espacio y tiempo. Los que se quieren se comunican, hoy la tecnología ofrece esa base para poder hablar y vernos a tiempo cero y velocidad infinita”, concluyó.