¿Rebrotes?, ¿segunda ola?, ¿viene el dengue? ¿no hay camas UCI? Sobre estos temas conversamos con el médico internista Manuel Díaz, profesor de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad de Piura.
Por Elena Belletich Ruiz. 13 enero, 2021.Ayer, y ante las voces de varios especialistas que aseguraban que ya estábamos en una segunda ola del COVID-19, por lo menos en algunas regiones del país, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, dijo que, efectivamente, “ya estamos viendo que estamos pasando de un rebrote a un momento en el cual la cantidad de casos ya asciende más rápidamente, ya estamos en una segunda ola”.
Al respecto, Manuel Díaz de los Santos, profesor de la Facultad de Medicina Humana de la UDEP, director Médico del Hospital Modular Covid del Hospital Cayetano Heredia y médico internista de la Clínica San Felipe, comenta algunos de los principales aspectos de preocupación en la población y afirmó que “estamos viendo un repunte importante de casos nuevos, más de 2500 al día. Nuevamente estamos teniendo dificultades en la disponibilidad de camas, sobre todo, para pacientes en estado crítico, que requieren de una cama en una unidad de cuidados intensivos. Esto es un rebrote severo o segunda ola”.
¿Cuáles son las cifras que más deberían preocuparnos ahora?
Más que cifras, nos debería preocupar la no disponibilidad de camas tanto de hospitalización como de las UCI; y, también, que nuevamente haya desabastecimiento de oxígeno, como ocurrió en los primeros meses de la pandemia.
En algunos reportes televisivos del domingo, se mencionó que, al menos, dos pacientes con COVID se habían contagiado con dengue en un hospital, ¿cómo prevenirlo?
El dengue es una enfermedad infectocontagiosa producida por un virus; pero, trasmitido por la picadura de un mosquito infectado (el Aedes aegypti). Por lo tanto, para prevenirlo, las familias tienen que evitar tener recipientes de agua no cubiertas o tener áreas de agua estancada (lugares que sirven de criadero de este mosquito); usar repelentes, vestir con camisas mangas larga y pantalones largos; y, de ser necesario, usar redes de mosquitos, sobre todo si se está en zonas donde estos abundan.
En verano y suele haber dengue, paludismo, enfermedades gastrointestinales, entre otras, ¿cómo complica esto la situación sanitaria en el país?
La complicaría muchísimo, porque si bien estamos muy concentrados en la atención de los pacientes con COVID, empezarían aumentar otras enfermedades NO COVID, como las mencionadas y eso generaría una gran sobredemanda y sobresaturación de los establecimientos de salud, que actualmente ya lo están y no están preparados ni en instalaciones ni en cantidad de personal para atender de forma diferenciada a los pacientes COVID y otros. Esa falta de infraestructura y brecha de recurso humano agravaría aún más la situación sanitaria.
Por lo tanto, se tiene que mantener el mismo esfuerzo para dar conocer las medidas de prevención y bioseguridad de todas estas enfermedades infectocontagiosas para que la población tome conciencia y sepa cómo cuidarse.
¿Qué medidas deben tomar las autoridades de salud, las instituciones médicas y la población para evitar que el COVID se extienda aún más y cause más muertes?
Debe continuarse con el trabajo en equipo multidisciplinario (salud, educación, economía, trabajo, defensa, interior, etc.) para que la población sea consciente de que la pandemia del COVID continúa y que no sabemos cuándo se irá o se controlará. Es muy importante que no bajemos la guardia, mantener las medidas de bioseguridad que ayudan a disminuir el contagio: lavado de manos frecuente, el uso de la mascarilla, el distanciamiento social.
Asimismo, se debe poner el mayor esfuerzo posible en conseguir la mayor cantidad de pruebas moleculares posibles y tomar las muestras en los tres niveles de atención (sobre todo en el primero donde se concentran más del 70% de los establecimientos de salud), sin diferenciar Minsa o EsSalud, de tal manera que se pueda realizar una vigilancia epidemiológica oportuna del paciente y de sus contactos, para que el aislamiento personal y familiar sea eficaz.
Y, además, que el trabajo que realiza el personal de salud que se encuentran en la primera línea continúe siendo reconocido y valorado.