En el contexto de la pandemia por el COVID-19 se ha demostrado la gran importancia de fortalecer la Atención Primaria de Salud (APS) para que constituya el primer nivel contra esta enfermedad y cualquier epidemia futura.
Por Gerardo Castillo. 10 mayo, 2021.En el contexto de la pandemia por el COVID-19 se ha demostrado la gran importancia de fortalecer la Atención Primaria de Salud (APS) para que constituya el primer nivel contra esta enfermedad y cualquier epidemia futura.
Aunque en los últimos años se ha facilitado el acceso a la población, no se le brindó a esta estrategia condiciones necesarias para un adecuado cumplimiento de sus objetivos, así como de su capacidad de resolución. Como consecuencia, la atención sanitaria siguió centrada en el hospital (sobrecarga de consultas y urgencias), fragmentada, y lo peor, mercantilizada, situación que quedó en evidencia cuando se desbordó todo el sistema sanitario en los momentos más críticos de la pandemia actual.
Una atención primaria fuerte es efectiva, eficiente, equitativa e inclusiva. Para lograrlo se debe contar con equipos de profesionales sanitarios bien formados en APS, con mayor tecnología y con una buena estructura organizacional que permita brindar una óptima atención a la persona, la familia y la comunidad.
Foto: ANDINA.
Así, es el momento no solo de fortalecerla, sino, además, de rediseñarla, acorde con nuestra realidad sanitaria y con las necesidades de los diferentes segmentos poblacionales de nuestro país. Podemos tomar como referencia las propuestas de Michael Porter, en el artículo: “Rediseño de la atención primaria: una visión estratégica para mejorar el valor organizándose en torno a las necesidades de los pacientes”.
Principalmente, se debe rediseñar la estructura organizacional de la APS. El esquema clásico y actualmente existente, de que un médico, una enfermera, una obstetriz y un técnico de enfermería, constituya el equipo responsable de solucionar los problemas de salud de una población determinada ya no es viable en estos momentos.
En este rediseño deben participar todos los actores involucrados en el sistema sanitario de salud: Minsa, EsSalud, clínicas y laboratorios clínicos privados, apoyados de manera directa por las diferentes universidades del país. Estas últimas podrán incorporar tecnología, actualmente utilizada en el área sanitaria de muchos otros países, como la Inteligencia Artificial, IoT y Big Data, ya que cuentan con muchos profesionales expertos en estas áreas.
Aunque puede tomar tiempo, en manos de personas e instituciones expertas y con las decisiones políticas apropiadas, se logrará que la atención sanitaria en nuestro país dé un salto cualitativo exponencial para bien de todos los peruanos. Lo merecemos y, además, es nuestro derecho.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
