No es un secreto que muchas de las gestiones rápidas y eficaces ante la crisis sanitaria las han dado los fieles y la jerarquía eclesiástica, que se inscriben en dar soluciones hondamente espirituales
Por P. Jesús Alfaro. 01 julio, 2021. Publicado en El Tiempo
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Quiero referirme a una grave y multifacética crisis, que afecta al mundo, y poner en evidencia la respuesta positiva y grande que da el pueblo cristiano, con sus pastores a la cabeza. No es un secreto que muchas de las gestiones rápidas y eficaces ante la crisis sanitaria las han dado los fieles y la jerarquía eclesiástica, que se inscriben en lo que es propio de la vida cristiana: dar soluciones hondamente espirituales, en las que la caridad y la piedad son su razón última.
En uno de sus libros, sobre Eucaristía, Joseph Ratzinger dice: “la alta estima de la tradicional piedad eucarística que se muestra en procesiones, conmemoraciones, meditaciones ante el Santísimo … no es una reliquia irreflexiva del tiempo preconciliar, sino que con el transcurso de los años se ha revelado cada vez más la importancia de estas formas de piedad como expresión de la comunión personal con Cristo”. De ahí que sea absolutamente coherente que los pastores inviten a los fieles a adorar la Eucaristía y la expongan públicamente, ante la dificultad actual de los fieles de asistir masivamente a los templos. Y, es que la respuesta primera a estas crisis (sanitaria, social y política) está en Cristo.
Es oportuno citar palabras recientes de un cardenal de la Iglesia. Al ser preguntado por las divisiones, las tendencias contrastantes que hay en la Iglesia, respondió: “En el mundo está el bien y el mal, está Cristo y está el padre de la mentira que intenta dividir a los cristianos. Todos los papas, al menos los seis que he conocido, han tenido oposición. De lo que debemos estar muy atentos, es de vivir fraternalmente para dar testimonio a la humanidad de que todos somos hermanos, porque hay un Dios creador y estamos en el mismo barco. (…). Es triste cuando hay personas que se inclinan ante el poder humano y olvidan la necesidad del amor, que es el gran poder con el que se hacen las revoluciones (…). Es absurdo: utilizar la fe al servicio de los intereses políticos y económicos. (…) La espiritualidad cristiana es como un diamante, con muchas facetas…. El Señor en la historia hace girar el diamante de esta riqueza del mensaje cristiano hacia el mundo, y según la época histórica, brilla más un aspecto u otro…”.
La larga cita da cuenta de las crisis sociales y también las que enfrenta la Iglesia cuando se quiere oponer las figuras de los papas. La respuesta cristiana es la caridad, la piedad eucarística. Si no fuese así, el mundo se quedaría de verdad a oscuras.
¡Gracias a los pastores y a los fieles!, por demostrar al mundo que seguimos teniendo fe.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
