Las micro y pequeñas empresas tienen un rol importante en la generación de empleo, en la economía familiar y en la de nuestro país, de allí la necesidad de apoyar su reactivación y fomentar su formalización.

Por Elena Belletich Ruiz. 29 septiembre, 2021. Publicado en el suplemento Semana del diario El Tiempo, el 26 de setiembre del 2021.

Desde hace ya varios meses, especialmente durante la pandemia, un tema recurrente es el de la urgencia de salvar, reactivar, potenciar, orientar… a las micro y pequeñas empresas. Y, esto no es de extrañar cuando ya se sabe que son las que aportan gran parte de nuestro PBI y son generadoras de empleo, aunque son, en su mayoría, informales. Además, “las microempresas representan 94,9% del sector empresarial del Perú; y las pequeñas empresas el 4,2%”, comenta la economista Brenda Silupú, profesora de la Universidad de Piura.

El ecosistema regional de las mypes
Silupú acaba de sustentar la investigación “Transición hacia la formalidad de las micro y pequeñas empresas: una aproximación del entorno institucional y sus niveles”, con la que obtuvo su grado de doctora por la Universidad Complutense de Madrid. Su investigación es una importante herramienta para entender la realidad del sector microempresarial y cómo toma el empresario la decisión de seguir o no siendo un informal o pasar a la formalidad.

La especialista en dinámica de las mypes, explica que la formalización de las empresas no se logra de la noche a la mañana ni solo con obtener un número de RUC o pagando un impuesto, sino que este es un proceso continuo que implica “niveles o grados de informalidad que dependerán del grado de cumplimiento de las normas exigidas para ser consideradas una empresa formal”.

Una primera evidencia hallada en su investigación se relaciona con la influencia o diferencia que hay en las decisiones para formalizarse, de acuerdo con el género del dueño del negocio, el empresario o emprendedor. “Las diferencias naturales que hay entre varones y mujeres se dan también en la toma de decisiones. Así, las mujeres empresarias, en su mayoría, dirigen negocios tradicionales con escasa tecnología y muchos de estos son de subsistencia o de sobrevivencia, lo que les impide dar el paso a la formalidad. Sin embargo, si estos crecen y generan mayores ingresos, ellas son las primeras en formalizarse. Por otro lado, los hombres empresarios, a pesar de liderar negocios con mayores ventas en comparación con las mujeres, que deciden continuar en la informalidad, consideran que esta es una oportunidad que deben aprovechar y no creen que sea relevante la formalización, para su crecimiento”.

Dra. Brenda Silupú

¿La informalidad se contagia?
Otro resultado del estudio de la profesora de la UDEP es que existe un ‘contagio’ de la informalidad que incluso va más allá de la moralidad del empresario. “Si el emprendedor decide iniciar un negocio en un sector, zona o región que se caracteriza por tener elevadas tasas de informalidad, por efecto ‘contagio’, él también será informal, porque lo que busca es legitimidad más que legalidad”.

Ante ello, la economista Silupú recomienda tratar de entender y tener en cuenta estas y otras características del empresario informal (su comportamiento informal), cuando se diseñen políticas dirigidas a incentivar la formalización. “Estas deben tener en cuenta la diferencia de género, el sector, la ubicación de la empresa y el grado o estadio de desarrollo de esta, porque no son lo mismo las políticas aplicadas para las empresas que recién empiezan sus operaciones que las que se aplican a aquellas que ya tienen mas de tres años de operación. Además, las políticas deben ser descentralizadas, y considerar la realidad del sector mype de cada zona”.

Formalización y dinamización de las mypes
De acuerdo con la profesora Silupú Garcés, el problema de la informalidad es estructural y existe desde hace mucho en nuestro país. “Desde hace más de tres décadas somos la segunda economía de América Latina con mayores tasas de informalidad y, esto no ha cambiado, a pesar de que se han aplicado políticas para incentivar la formalización. Y, ahora, por la pandemia, la informalidad ha aumentado aún más”.

De allí que, aunque ya se estén tomando importantes medidas, como la implementación de reportes de ventas de la Sunat, la asignación de 18 millones que ha hecho el Mincetur para reactivar las mypes del sector, incentivos especiales para la reactivación de las mypes, entre otras, aún hacen falta otras más eficaces.

Es verdad que los resultados de décadas de informalización no se podrán revertir en el corto plazo, pero urge “diseñar políticas que se empiecen aplicar para ver los resultados en el mediano y largo plazo. Habrá que tener en cuenta que este será un proceso gradual pues los empresarios viven una cultura informal, implementada como un estilo de vida, que esta incorporado en sus actividades del día a día, cambiar esto no es fácil”, reitera la economista.

Urge, además, “una dinamización de las mypes para reactivar la economía, aunque estas ya estén operando en la informalidad. De acuerdo con la Enaho, al 2020 la tasa de informalidad es de 84%”. Entonces, ¿cómo motivarlas para su formalización? “Se le debe ofrecer incentivos para que elijan formalizarse sin que les cueste nada y, antes bien, deben contar con apoyo y asesorías en la gestión de sus negocios”, anota Silupú.

Indica que, después de esta ayuda y seguimiento, cuando las mypes perciban su crecimiento, recién podrán ir pagando impuestos. “Hay que tener en cuenta que la tasa de fracaso empresarial en nuestro país es muy alta en los primeros años de vida del negocio. Es en esta etapa en la que necesitan mucha orientación, capacitación y fuentes de financiamiento para no fracasar en el intento”.

Algunas propuestas de apoyo para las mypes
La reactivación y el éxito de las mypes no debe estar solo en manos del estado y de los propietarios del negocio. Hoy más que nunca, el rol de las alianzas es fundamental para el mejoramiento de cualquier gestión. La doctora Silupú opina igual: “estoy convencida de que la alianza estratégica entre el Estado, las universidades y las empresas puede lograr muy buenos resultados. Por ejemplo, en las zonas o regiones donde la informalidad es mucho más alta debe haber una mayor participación de las universidad e institutos para capacitar, asesorar y potenciar la actividad empresarial formal”.

Indica que, si cada universitario tomara una mype, desde el inicio de su carrera, para aplicar en ella lo aprendido en clase y, al finalizar sus estudios, presentara un trabajo (tesis) sobre los logros en esa mype, tendríamos menos mypes de subsistencia y muchas más encaminadas al crecimiento con la formalización”.

Sugiere también, “reactivar el rol de las asociaciones empresariales con apoyo de los gobiernos locales y de las universidades”.

Las mypes en la economía nacional y regional
Las microempresas representan sólo 94,9% del sector empresarial y las pequeñas empresas el 4,2%. Silupú dice que este tipo de organizaciones están concentradas en microempresas que se caracterizan por ser de baja productividad, pero contribuyen en el nivel de producción y en la generación de empleo informal

“Si estas microempresas lograran aumentar su nivel de productividad con mejores prácticas de negocio, marketing efectivo, manejo de inventarios, control de sus ingresos y egresos, contribuirían aún más en el PBI regional y nacional. Por ello, la reactivación del sector empresarial debe estar enfocada en las microempresas”.

Asimismo, la creación de nuevos negocios y emprendimientos es clave para el fortalecimiento económico. En la región Piura aún hay nichos interesantes que pueden ser aprovechados. “Lo importante es que, en su creación esté orientada a la solución de una necesidad o problema específicos de un grupo de clientes. Asimismo, para su desarrollo y para disminuir la probabilidad de fracaso, el empresario debe conocer muy bien lo que necesita su cliente y si el producto o servicio que ofreces lo satisface, y en qué medida”

“También, es importante tener en cuenta que los gustos y preferencias de los clientes han cambiado durante la pandemia y con la globalización, lo que lleva a desarrollar emprendimiento dirigidos a satisfacer esas nuevas necesidades, atendiendo el desarrollo tecnológico actual. Por lo tanto, todo emprendimiento se debe centrar en el estudio de su público objetivo: el cliente.

Claves para mantener a salvo tu negocio
Aunque la pandemia ha complicado la situación del sector microempresarial, este está resurgiendo. Aun así, los empresarios y directivos de este sector deben hacer lo siguiente:
• Implementar nuevas estrategias dirigidas a administrar su liquidez.
• Llevar un detallado un control de sus ingresos y egresos.
• Implementar canales digitales para la venta de sus productos, esto implica hacerse más visibles a través de redes sociales.
• Mantener una mayor fidelización de sus clientes.
• Implementar medios de pagos digitales.
• Administrar adecuadamente sus inventarios, para que sepan cuándo y de cuánto abastecerse.
• Considerar las variaciones del tipo de cambio y de la inflación, que están afectando sus costos y esto modifica sus precios.
• Implementar las medidas de bioseguridad en el negocio.
• Poner en marcha prácticas de negocios para un mayor control en la gestión de la mype.

Algunas cifras mypes
• Al primer semestre del 2021, en nuestro país existen 2 896 533 empresas de las cuales en su mayoría son mypes, de acuerdo con el Directorio Central de Empresas y Establecimiento de la Sunat.
• Piura es el cuarto departamento en participación empresarial.
• Lima tiene una participación del 45,6% del total de empresas; Arequipa, el 5,6%; La Libertad, el 5,3% y Piura, el 4,3%.
• Las micro y pequeñas empresas representan el 99,1% del total de empresas.

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