La economía peruana ha conseguido recuperar gran parte de lo retrocedido en el 2020, a pesar de la incertidumbre electoral y de la pandemia. La pregunta ahora es: ¿confiamos en el 2022?
Por Germán Vega. 30 septiembre, 2021. Publicado en El Tiempo, el 30 de setiembre de 2021.El contexto internacional influye y es bueno analizarlo. Por un lado, las vacunas siguen demostrando ser un arma efectiva para controlar la pandemia. Además, parece que el alza de los precios de los productos básicos a nivel mundial se detendrá. Sin embargo, por otro lado, nos llegan noticias preocupantes desde China sobre la inmobiliaria Evergande y su posible efecto en el precio del cobre.
En el ámbito local, un aspecto negativo es la poca confianza que transmite el presidente Castillo y su Gobierno. Este año, ya han salido del país más de 13 000 millones de dólares. Si bien alguien podría hablar de profecía autocumplida con el “efecto Castillo”, no se puede negar la culpa del accionar del Ejecutivo en este hecho.
Castillo, hasta la fecha, no parece darse cuenta del problema. Su gira por Estados Unidos buscaba brindar seguridad a los inversionistas; pero, ello no se corresponde con el accionar y composición de su gabinete. Mientras sigan en sus cargos Bellido y Maraví, por nombrar dos, es difícil que se le entregue de facto la confianza al gobierno.
Los efectos ya se empiezan a ver. El BCR rebajó sus expectativas de crecimiento para el próximo año. Además, la entidad monetaria estima que el crecimiento de la inversión privada en el 2022 será de 0%. Como la inversión es la mejor forma de crear puestos de trabajo formales, ya podemos ir vislumbrando cuál será la situación laboral en el mediano plazo.
Como aspecto positivo, tenemos el avance en la vacunación, la cual ha acelerado su ritmo desde julio. Con la tendencia actual, deberíamos cerrar octubre con más del 50% de la población objetivo vacunada con las dos dosis y muchos más con solo una. De esa manera, desde el sector salud se puede generar confianza. Otra forma de generarla sería acelerando el retorno a clases presenciales de manera segura.
Este año ya se han autorizado las clases presenciales en algunas zonas rurales y se han empezado algunos pilotos de modalidad semipresencial en Lima. Lograr este objetivo también sería un hito que generaría confianza en la población.
En resumen, en el lado económico y político parece difícil ver el 2022 con confianza. Sin embargo, al menos los avances en los sectores Salud y Educación podrían generar algo de respaldo. Ojalá que el presidente Castillo reaccione y entienda que si no genera confianza no podrá ayudar a quienes más lo necesitan.