La firmeza y objetividad para tratar cualquier asunto, la exigencia por el deber cumplido y el permanente afán de servir son virtudes que Alejandro Balarezo transmitió siempre a sus alumnos y compañeros.
Por Koko Zavala. 16 diciembre, 2021.Alejandro Balarezo Balarezo ha cumplido 40 años de labores en la Universidad de Piura. Es otro querido profesor que inicia la nueva etapa de jubilación convencido de haber pasado estos años de su vida profesional dejando todo de sí, desarrollándose en el buen ambiente y el dinamismo del equipo que es esta comunidad universitaria.
Aunque ya no se le verá en su despacho del edificio “E” ni en aquellas tertulias con sus colegas y que duraban un cigarrillo y un café negro, Alejandro Balarezo sabe que ha llegado el momento de dedicarse a otras cosas y disfrutar de todo el tiempo disponible para él y su familia, así como a otros proyectos que de seguro le darán muchas satisfacciones.
Alejandro estudió Ingeniería Industrial en la UDEP y, al poco tiempo de egresar, se incorporó en 1982 como profesor, compartiendo con el doctor Pablo Ferreiro el curso de Factor Humano. Participó directamente en la creación de los programas académicos de Economía y Contabilidad que, con el de Administración de Empresas que él dirigía, completarían lo que hoy es la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Así mismo, colaboró intensamente en diversas iniciativas de formación, como el Máster en Dirección y Gestión Empresarial (MDGE), complementando una intensa actividad de posgrado en Piura, Chiclayo y Trujillo.
Amigo generoso y fiel
El doctor Paúl Corcuera, director del Instituto de Ciencias para la Familia y profesor de la mencionada facultad, señala “el primer recuerdo de Alejandro data de 1984, siendo yo alumno. He trabajado con él, desde 1985 cuando me incorporé a la universidad; y, de manera más directa desde 1991, en el actual Departamento de Gobierno de la Empresa. Treinta años de trabajo conjunto no es poco y ojalá hubiera sido más; la amistad lo suplirá”.
“Para mí ha sido una gran fortuna conocerlo. He aprendido -como otros- mucho de él. Destaco su dedicación de tiempo a cada tema de estudio, su corrección en el uso del lenguaje oral y escrito (cuánto me ha corregido en ese sentido y se lo agradezco). Es generoso en el tiempo que dedica a escuchar o conversar con cada persona. Sabe corregir con prudencia y discreción. Es un amigo muy leal”.
Y agrega, “Alejandro siempre ha tenido un cuidado especial por su familia y por sus amigos. Ha valorado y promovido actividades para compartir experiencias, anécdotas, etc., que han ido alimentando una relación más estrecha en el Departamento. Guardo un especial agradecimiento y cariño por él y su familia, y le deseo una vida buena y aún más feliz junto a Violeta, a sus colegas de siempre y amigos, entre los que anhelo sinceramente formar parte”.
Meticuloso y ordenado
El doctor Guillermo Dulanto recuerda: “conocí a Alejandro Balarezo en 1994, semanas antes de que me contratara el doctor Miguel Ferré, para trabajar en el recién creado programa de Economía. Alejandro era el director del programa académico de Administración de Empresas, y tuvo mucho que ver con la mencionada contratación”.
“Muy meticuloso y ordenado en su trabajo, y en su vida personal, me animó desde un principio a valorar el espíritu de la Universidad de Piura, de la cual, siendo egresado y profesor estaba muy orgulloso. Lo conocí -y traté- mucho más cuando estudiamos juntos el Doctorado en el Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, el año 2008. Ese año vivimos en la misma pensión en la ciudad de Pamplona (España). El estudio y las largas conversaciones que sostuvimos consolidaron una amistad que fue creciendo con el tiempo”, comenta Guillermo Dulanto.
“Con la jubilación de Alejandro, la Universidad de Piura pierde a uno de sus mejores egresados y uno de sus mejores docentes. Es un paso que muchos no pensamos dar, pero hay que afrontarlo como una nueva etapa de retos: con la calma y sapiencia de los años. Le deseo lo mejor”.