La administración pública debe prever la capacitación de profesionales idóneos, en logística humanitaria. Esto implica aprender a tomar decisiones estratégicas, como ubicar almacenes de principales alimentos, y decisiones operativas como distribuir suministros en caso de desastre.
Por Eduardo Sánchez. 07 marzo, 2022. Publicado en El Tiempo, el 6 de marzo de 2022.Un desastre es un evento no deseado que interrumpe el normal funcionamiento de nuestras actividades diarias, estudios, trabajo, etc. Según su origen, los desastres pueden ser: originados por el hombre (dictaduras, crisis económicas, etc.) y naturales (terremotos, tsunamis, tornados, etc.). Sin embargo, cada vez es más difícil definir la categoría de un desastre, por el evidente impacto negativo del desarrollo humano en la naturaleza. Por ejemplo, un huaico podría clasificarse como un desastre natural; sin embargo, este podría deberse a una irresponsable deforestación previa en la zona.
En este contexto, actualmente, la humanidad vive con horror un desastre de talla mundial; debido a la invasión bélica de Rusia a Ucrania. Lamentablemente, las guerras siempre afectan a los más vulnerables: niños, ancianos, personas con discapacidad, etc.; y así se refleja en las noticias mundiales que nos llegan día a día. Por ejemplo, según la Unicef, en Ucrania hay más de 7,5 millones de niños; medio millón de ellos, ya han salido del país en calidad de refugiados.
Es en este momento cuando aparece una disciplina de mucha importancia: la logística humanitaria. Tiene como objetivo hacer llegar suministros y servicios (agua, medicamente, comida, abrigo, etc.) a las personas afectas por un desastre; en este caso, por la guerra. El 95% de las actividades de logística humanitaria desarrolladas en el mundo se debe a desastres originados por el hombre.
La logística humanitaria difiere de la comercial en lo siguiente: no hay información precisa sobre las condiciones y necesidades del usuario final (persona vulnerable), no hay infraestructura y/o redes de comunicación confiables (podrían estar invadidas o dañadas), no hay intercambio económico por los suministros y servicios brindados, no hay colaboradores sino voluntarios, se trabaja bajo mucho estrés por la incertidumbre, etc.
Estas características generan un desafío que los expertos en logística deben abordar para evitar más pérdidas humanas, que las ya generadas directamente por la guerra. Afortunadamente, nuestro país no ha participado en guerras en las últimas décadas; sin embargo, estamos expuestos a desastres naturales de manera constante.
En este sentido, la administración pública debe prever la capacitación de profesionales idóneos, en logística humanitaria. Esto implica, aprender a tomar decisiones estratégicas como ubicar almacenes de principales alimentos, y decisiones operativas como distribuir suministros en caso de que un desastre ocurra. La mejor forma de afrontar un desastre es a través de la preparación de la disciplina correcta: la logística humanitaria.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.