13

Ene

2023

Artículo de opinión

Todos somos agentes de cambio en la lucha contra la depresión

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Según la OMS, la depresión afecta al 3,8% de la población mundial; es decir, alrededor de 280 000 000 de personas padecen de un trastorno depresivo actualmente. Todos somos susceptibles de atravesar episodios depresivos en algún momento.

Por Ana María Sotomayor. 13 enero, 2023. Publicado en El Tiempo, el 13 de enero de 2022.

Según la OMS, la depresión afecta al 3,8% de la población mundial; es decir, alrededor de 280 000 000 de personas padecen de un trastorno depresivo actualmente.

Si bien, factores hereditarios, rasgos de personalidad, circunstancias personales, enfermedades crónicas o el uso de sustancias psicoactivas, entre otros, elevan el riesgo de padecer depresión, todos somos susceptibles de atravesar episodios depresivos en algún momento.

Un inadecuado manejo o falta de tratamiento de la enfermedad puede afectar paulatinamente la calidad de vida de quienes la padecen y las de sus seres queridos; y, en no pocas ocasiones, culminar en conductas de riesgo, intentos o actos de suicidio.

Es por ello que percatarse, desde el rol que desempeñamos (familia o amigos), de los cambios que pueden ser notorios, como en las rutinas, en la higiene personal, el estado de ánimo o el discurso negativo o catastrófico, es clave para una detección temprana y un acompañamiento oportuno.

Estar dispuestos a conversar, asistir y, sobre todo, acompañar a quien podría estar padeciendo de depresión genera cambios positivos y propicia la búsqueda de ayuda profesional y la oportunidad de un tratamiento oportuno. Asimismo, es crucial que la persona que sufre de depresión sepa que no está sola, que cuenta con alguien. Aproximarse a la persona con una intención de escucha y no de reproche es un primer paso. En este sentido, ayuda mucho preguntarle cómo está realmente, cómo se está sintiendo y hacerle ver los cambios (señalar cuáles) que está teniendo.

Este acompañamiento implica prestar atención a lo que la persona necesite; sin embargo, deben evitarse las recomendaciones que la abrumen o minimicen su situación. No hay lugar para las clásicas frases “tienes que ser más fuerte”, “motívate tú sola”, “¿cómo vas a estar así?”, “no estés triste”. El diagnostico responde a la descompensación de neurotransmisores y, por ende, es real la necesidad de tratamiento más allá de la voluntad “para estar mejor”.

Quien padece de depresión tiende a retraerse, por lo que hay que propiciar la apertura y no juzgar apresuradamente, para acoger lo que nos comparte. Y, si a la persona le es difícil o imposible compartir con nosotros lo que le sucede, por distintas circunstancias, debemos ofrecernos como apoyo para buscar ayuda juntos.

Finalmente, es una práctica muy recomendable tener siempre a la mano referencias de profesionales capacitados a quienes podamos acudir cuando sea necesario, líneas de ayuda, páginas que brinden atención terapéutica, etc. Todos podemos ser agentes de cambio para combatir la depresión en las personas de nuestro entorno más cercano, si estamos atentos y dispuestos.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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