El dolor cervical crónico afectó al 27,8% de los adultos peruanos, de acuerdo a una investigación realizada por médicos fisiatras y epidemiólogos de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad de Piura.
Por Facultad de Medicina Humana. 26 abril, 2024.
Dr. Tomás Nakazato, docente de la Facultad de Medicina Humana
Durante la pandemia en Perú, se implementaron medidas de distanciamiento social, que incluyeron cuarentenas y restricciones en el desplazamiento. Como resultado, se observó un incremento significativo en el uso de dispositivos digitales móviles, como celulares, tabletas y laptops, lo que generó periodos prolongados de flexión del cuello al visualizar sus pantallas.
El equipo de investigadores, liderados por el Dr. Tomas Nakazato y conformado por médicos fisiatras y epidemiólogos de la Facultad de Medicina Humana de la UDEP, realizaron un estudio basado en una encuesta aplicada a una muestra representativa de la población adulta peruana.
El estudio buscó estimar en cuánto se ha incrementado el dolor cervical crónico desde antes de la pandemia hasta luego de culminadas las restricciones sociales, también, se evaluó si la visualización de pantallas de dispositivos digitales estuvo asociado a ese dolor.
Resultados significativos
El 14,8% de la población experimentó dolor cervical a diario o casi a diario durante el retorno a la normalidad tras las restricciones sociales por la COVID-19, mientras que el 27,8% lo padeció al menos una vez por semana. Estos hallazgos revelan un aumento de poco más del doble en comparación con la frecuencia reportada antes del inicio de la pandemia.
El estudio confirma que el uso de dispositivos digitales durante ocho horas o más al día aumenta la probabilidad de padecer dolor cervical crónico con mayor frecuencia. Este efecto se observó de manera consistente, sin importar el género ni la edad.
Implicancias
La pandemia de la COVID-19 tuvo impactos no previstos en la salud de la población peruana. Las restricciones sociales, que se extendieron casi dos años, aumentaron los factores de riesgo para trastornos musculoesqueléticos. Entre estos factores, se destacó la visualización prolongada de pantallas de dispositivos digitales, una práctica que predispone a las personas a adoptar posturas que pueden mantener o incluso empeorar el dolor cervical crónico.
Puedes leer la investigación completa, aquí.
