Con frecuencia tratamos de ahorrar tiempo y espacio al escribir. Lo notamos, por ejemplo, en el titular de este artículo, en los mensajes de los celulares o en los de las redes sociales; en ellos, el uso de las abreviaturas se ha convertido en un recurso muy eficaz. De ahí que expliquemos algunos aspectos sobre […]
Por Susana Terrones Juárez. 21 enero, 2013.Con frecuencia tratamos de ahorrar tiempo y espacio al escribir. Lo notamos, por ejemplo, en el titular de este artículo, en los mensajes de los celulares o en los de las redes sociales; en ellos, el uso de las abreviaturas se ha convertido en un recurso muy eficaz. De ahí que expliquemos algunos aspectos sobre su empleo.
Según la Ortografía de la lengua española (2010), una abreviatura es la representación gráfica reducida de una palabra: Sr. (señor) o grupo de palabras: t. q. m. (te quiero mucho), obtenida por eliminación de algunas de las letras o sílabas de su escritura completa y que siempre se cierra con un punto: art. (artículo); a. m. (antes del mediodía). En este caso, no debe prescindirse del espacio entre la abreviación de una y otra palabra.
En ocasiones, se cierra con una barra inclinada: de una letra: c/ (calle) y de dos letras: c/c (cuenta corriente), en las que no debe dejarse espacio entre las letras y la barra; además, el segundo elemento no lleva punto, salvo que marque el final del enunciado. Asimismo, hay abreviaturas que van entre paréntesis y sin punto: (a) por alias o las que llevan letras voladas en las que el punto se escribe delante de estas: Exc.a (excelencia).
Las abreviaturas se forman por truncamiento, cuando se suprimen letras o sílabas finales: etc. (etcétera), y terminan siempre en consonante: pról. (prólogo), por lo que es incorrecto escribir: *pró. o *prólo. En el caso de las fórmulas fijas, las palabras que las integran se reducen a su letra inicial: e. p. d. (en paz descanse); y por contracción, cuando se eliminan letras centrales y se dejan solo las más representativas, siempre la inicial y normalmente la letra o letras finales que pueden aparecer voladas: nro. o n.o (número).
Dependiendo de su uso, las abreviaturas pueden ser “personales”, las que cada uno crea para su propia escritura, y “convencionales”, más comunes entre los hablantes. Estas últimas presentan restricciones: no pueden aparecer en cualquier lugar del texto: *Miré a la dcha. y los vi juntos; las de tratamientos siempre anteceden al nombre propio: Sr. González; y no debe escribirse una cantidad con letras seguida de la abreviatura del concepto cuantificado: *diez cts. por diez centavos. (Ortografía de la lengua española, 2010).
Para leer las abreviaturas, debemos reponer la forma plena de las palabras que abrevian. Así, “Solo por hoy: lea este tít. y los sigs. párrs.” se lee “Solo por hoy: lea este título y los siguientes párrafos”.