La economía peruana ha crecido a un ritmo impresionante en los últimos años. Sin considerar el 2009 (año de la crisis internacional), el crecimiento promedio de los últimos seis años ha superado el 8% anual.
Por Juan Ricardo Palma. 31 julio, 2013.La economía peruana ha crecido a un ritmo impresionante en los últimos años. Sin considerar el 2009 (año de la crisis internacional), el crecimiento promedio de los últimos seis años ha superado el 8% anual.
En ese mismo período, el ingreso total de inversión extranjera rebasó la cifra de US$62 000 millones. El consumo interno aumentó –se espera un crecimiento de 15% del consumo per cápita para el 2014– resultado de la disminución del nivel de pobreza a menos del 26% de la población y el crecimiento explosivo de la clase media que hoy captura el 74% de los habitantes del país. Este sector exige más y mejores bienes y servicios, demanda que es alimentada por una nueva generación de emprendedores locales, impulsada por un nuevo entorno atractivo a los nuevos negocios, pymes, medianas y grandes empresas. Al respecto, en el ranking mundial, el Perú se halla entre los tres primeros países con jóvenes y proyectos emprendedores [GEM (Global Entrepreneur Monitor – ESAN, Babson College)].
Sin embargo, la economía peruana se está desacelerando mes a mes. En el 2013, ha ido de un pronóstico anual de crecimiento de 7,1% del PBI previsto en enero, a un pronóstico de 5,9% anual, calculado este mes por el BCR. Las cifras no son muy preocupantes, pero sí es alarmante su constante disminución. Las causas de esta reducción se concentran en varios focos, en especial en el reflejo de la recesión China y su efecto en la retracción de los mercados mundiales, en la política fiscal estadounidense (Bernanke) que produjo un alza de intereses y deflación en todo el mundo y en la crisis europea.
También amplifica muchísimo la recesión, la tramitología burocrática complicada, que paraliza y/o desanima la inversión en pymes y en grandes proyectos nacionales y extranjeros. Como consecuencia, la inversión extranjera para el 2014 se estima en US$15 000 millones (Presidente O. Humala) un poco menos de la mitad de la cifra pronosticada un año antes.
¿Qué debería hacer el gobierno? Una vez detectados los problemas es fácil diseñar medidas correctoras necesarias para compensar los efectos negativos del entorno recesivo mundial. Es claro que el país debe recuperar el nivel de inversiones. En ese sentido, la desburocratización de trámites es urgentísima; demorar uno, dos, tres o más años para autorizaciones que en otros países toman meses es inaceptable. Un esfuerzo para atraer más inversionistas en minería, energía, petróleo y, sobre todo, para concesiones de servicios públicos es prioritario. En ese sentido, potenciar la “Alianza del Pacífico” (México, Colombia, Chile y Perú) que suman un tercio de la economía latinoamericana es una opción muy atractiva.
Importantísimo, como política de gobierno, es impulsar el emprendimiento y la formalización de las empresas existentes, suavizando la presión tributaria, aliviando (sino eliminando) la burocracia, sobre todo la corrupta, y promoviendo las pymes que son un sector tan importante como la inversión extranjera.
La ejecución de las medidas sugeridas que pretenden mejorar la calidad de vida de los peruanos, deberán apoyarse en una mejora de la estructura del estado. En este ámbito, una “modernización” en ese camino, que debe ahondarse, es la ley de Servicio Civil. El otro aspecto importante es la mejora de educación en todos sus niveles, modalidades y jurisdicciones legales. La educación en el Perú, lamentablemente, figura en los índices más bajos del mundo y esto exige un esfuerzo excepcional del país, pues sin ella será muy difícil obtener las metas de crecimiento esbozadas para el bien de todos los habitantes del Perú.