Por Elizabeth Hernández García, doctora en Historia y docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura, campus Lima.
Por Karen Santillán. 10 junio, 2014.El pasado miércoles 7 de mayo se realizó la presentación del “Catálogo Documental Tomás Diéguez, 1807-1839” en el Archivo General de la Nación en la ciudad de Lima, evento en el que realicé una breve semblanza del personaje y de la trascendencia de este conjunto documental para la historiografía peruana decimonónica.
La presentación de un catálogo de archivo siempre es motivo de alegría para los investigadores, pues es una guía para interpretar el pasado y es una mirada panorámica de la sociedad que fue capaz de producir esos escritos. Pero ¿quién fue Tomás Diéguez? ¿Qué importancia tuvo en la historia nacional y regional?
Tomás Diéguez Florencia nació en Trujillo el año 1776. Doctor en Cánones y Leyes y sacerdote, a inicios del siglo XIX Diéguez empezó a destacar en la historia eclesiástica y política del Perú. Desde 1805 fue cura párroco de la doctrina de San Juan de Catacaos, en el partido de Piura, y vicario eclesiástico de esta provincia por más de tres lustros, por ello Diéguez logró afianzarse como una de las figuras más importantes de la sociedad y política piuranas. Consiguió establecer relaciones muy estrechas con las demás autoridades y personas poderosas de todo el norte del Perú.
Su vida aquí transcurrió en circunstancias poco halagüeñas, como fueron la invasión napoleónica a la península, y el triunfo de la expedición libertadora del sur en territorio peruano. En ambos momentos, con su presencia o con su ausencia respectivamente, dejó clara su opinión y convicción política, que en líneas generales compartía el estamento de privilegio conservador en el Perú. Tomás Diéguez fue uno de los presbíteros que consiguió estar presente en la política de la república peruana. Su trayectoria en este ámbito no deja duda de su importancia.
Fue Diputado por el departamento de La Libertad en el primer Congreso Constituyente (1822), Presidente del Congreso (20 de febrero al 20 de marzo de 1823), Diputado de nuevo en 1827 esta vez por Piura; nuevamente Presidente del Congreso (4 de noviembre al 4 de diciembre de 1828), Senador por el departamento de La Libertad (1829-1832), miembro del Consejo de Estado del presidente Orbegoso (1833), y en 1837 fue nombrado como uno de los ministros plenipotenciarios que formaron en Tacna el gran Congreso que establecería las bases de la Confederación Perú-Bolivia, representando al Estado Nor Peruano. Por su labor, el gobierno lo condecoró con el título de Gran Dignatario de la Legión de Honor Nacional. Se ha afirmado que el gobierno peruano no daba un solo paso de importancia sin el conocimiento de Tomás Diéguez; fijémonos hasta ese punto llegó la influencia de este presbítero trujillano.
Con seguridad, por su presencia en la política peruana de la primera hora consiguió también consolidar su carrera eclesiástica. Obtuvo del gobierno de Bolívar una canonjía en la catedral de Trujillo (1825). Y en1833 Tomás Diéguez fue nombrado obispo de Trujillo, alcanzando con ello el máximo sitial al que podía llegar un americano en la burocracia eclesiástica, más aún en una coyuntura tan complicada como la que se vivía entre Roma y las repúblicas americanas por el ejercicio del Real Patronato. En 1835 el Papa Gregorio XVI lo nombró Prelado Doméstico y Asistente al Solio Pontificio. Tomás Diéguez gobernó su obispado sin muchas alteraciones de importancia, siendo Santiago de Cao el lugar de su fallecimiento en 1845. Poco tiempo después sus restos fueron trasladados a la ciudad de Trujillo.
Personalmente, el nombre de Tomás Diéguez me remonta a algunos años atrás en que, siguiéndole la pista en mi investigación, dediqué muchas horas de juvenil doctoranda a la revisión de las cartas que componen parte de esta Colección, introduciéndome casi sin sentirlo en el día a día de cientos y cientos de personas que conocieron a este personaje y que le confiaron todos sus afanes, temores, alegrías y desasosiegos, que le pidieron ayuda, dinero, posicionamientos, recursos, contactos, consejos, que le tenían al tanto de la esperanza y el desconcierto. De tal manera que cuando, participando de la etapa final de este proyecto de edición, pude revisar y corregir las más de 1800 fichas de este Catálogo, me volví a maravillar de la capacidad de convocatoria de Diéguez con gente que pertenecía a distintos estratos sociales, volví a conectar con esa imagen tan real y tan compleja de una sociedad, de nuestra sociedad regional, que esperaba, creía, debatía, opinaba, combatía, percibía y sentía a diario los cambios estructurales que la independencia y la república trajo consigo.
Es esta una veta de investigación apasionante. Y es que la independencia es un proceso que presenta varios niveles de conflictividad paralelos a la contienda bélica, con triunfos y derrotas personales y familiares que es imprescindible considerar, puesto que son distintos los niveles de crisis que los hombres tuvieron que manejar y asumir. Tomás Diéguez Florencia y esta época, que fue la que vivió y en la que dejó huella, es la que podemos seguir descubriendo en esta Colección.