(Piura).- En esta entrevista el doctor Javier Ferrer Ortiz, de la Universidad de Zaragoza y profesor visitante de la Universidad de Piura, opina sobre las implicancias de despenalizar el aborto en nuestro país.
Por Julio Talledo. 12 diciembre, 2011.(Piura).- Hace algunas semanas, un Comité de la ONU, el CEDAW, recomendó al Estado peruano indemnizar a una joven, a la que cual se le denegó practicar un “aborto terapéutico” en el 2009. A pesar de su limitada importancia jurídica, el caso nuevamente ha generado polémica sobre la despenalización del aborto en las leyes peruanas.
En esta entrevista el doctor Javier Ferrer Ortiz, de la Universidad de Zaragoza y profesor visitante de la Universidad de Piura, opina sobre las implicancias de despenalizar el aborto en nuestro país.
Señala que no es indispensable contar con un protocolo o reglamentación del aborto terapéutico pues, en la práctica, los médicos suelen tratar de salvar ambas vidas: la de la madre y la del hijo. “El aborto terapéutico plantea la posible elección entre la vida de la embarazada y la vida del niño que lleva en su seno; sin embargo, la ciencia médica nos dice que tal dilema no se plantea. El médico no se ve obligado a matar al niño para salvar a la madre o viceversa. Entonces, lo que se pretende es justificar el aborto con este falso problema, que en realidad es extremo”.
¿Habría manera de asegurar que este protocolo médico sea para circunstancias estrictamente terapéuticas?
Que se acuda al aborto terapéutico o al aborto luego de una violación es bastante excepcional, pues estadísticamente termina siendo irrelevante. El problema de España, por ejemplo, es que por evitar perjuicios a la mujer, se añadió también como excepciones la salud física y psíquica de ésta. En estos supuestos se produce el 97% de los abortos.
Entonces, ¿qué se entiende por salud física y psíquica de la embarazada?
Es algo muy subjetivo. Que se encuentre bien, que esté a gusto, que goce de bienestar; y es así que se produce todo un coladero. Entonces, se desatiende el origen del planteamiento (evitar un peligro para la vida de la embarazada) y se cae en algo muy subjetivo. Esto que ha pasado en España podría pasar en el Perú, porque la hoja de ruta es exactamente la misma. En el fondo, se trata de un proyecto de reingeniería social.
El planteamiento que prepara el Congreso peruano, incluye también el aborto eugenésico…
Se sabe que los diagnósticos sobre taras físicas se pueden equivocar en muchas ocasiones. Son numerosos los casos donde a la mujer se le aconseja el aborto por malformaciones del feto, pero ella sigue adelante con el embarazo y el niño nace sin ninguna tara. En estos casos se estaría hablando de un aborto eugenésico y la eugenesia es una manifestación de barbarie. En la medicina neonatal cada vez hay más posibilidades de priorizar operaciones del feto en el vientre de la madre, así es posible curar al niño aún antes de haber nacido y hacerlo con éxito.
En su opinión, ¿por qué hay interés en despenalizar el aborto, si las penas para la mujer que aborta son simbólicas, en nuestro país?
Pienso que los intereses son de carácter ideológico y económico. En España es muy claro que el aborto tiene que ver con un planteamiento ideológico, el de cambiar la sociedad a golpe de ley. En ningún caso la regulación despenalizadora restringe el número de abortos sino que los incrementa, lo que genera en la sociedad la falsa idea de que existe un derecho al aborto.
¿Por qué es un negocio?
La experiencia de otros países demuestra que este se realiza mayoritariamente en clínicas privadas, y se acaba concibiendo como un negocio, pues es muy fácil encontrar dos o tres médicos que participen y que estén dispuestos a afirmar lo que sea necesario. Políticamente lo que se busca es saltar todas las trabas para que al final se produzca el aborto voluntario. En España existe una suerte de turismo abortivo de tal manera que de otros países de la Unión Europea, donde tienen una legislación más restringida sobre el aborto, llegan mujeres para abortar.
¿El aborto es un tema solamente religioso?
No es principalmente un tema religioso sino un problema de civilización, de respeto de los Derechos Humanos. Justamente, se está negando a las personas más desprotegidas, los concebidos, el derecho a la vida. En EE.UU., por ejemplo, las organizaciones en contra del aborto no están vinculadas con alguna postura religiosa. Si se confunde el debate del aborto con una cuestión religiosa, los que no creen harán lo que quieran. Es una cuestión que nos afecta a todos porque el derecho a la vida es un derecho natural, de todas las personas, una vez que han sido concebidas.
Sobre Javier Ferrer Ortiz
- Es abogado y doctor en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra (España).
- Ha estudiado la naturaleza del Estado laico y la cooperación de la Iglesia Católica y otras confesiones, en el ámbito español.
Datos:
- El artículo 1 º de la Constitución Política del Perú afirma: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado” y en el artículo 2º se dice: “Toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”.
- Perú es uno de los países latinoamericanos que aún penaliza el aborto, a pesar de las múltiples recomendaciones de los organismos del ONU como el CEDAW.
Por: Gloria Huarcaya.