Jorge Cenjor, alumno de la Universidad Carlos III de Madrid, ha finalizado un año de estudios en la UDEP, en donde ha complementado su formación profesional y, además, ha conocido otra cultura.
Por Javier Paico. 08 julio, 2014.Jorge Cenjor Heras es un joven español de 27 años, que tomó el ejemplo de su hermana mayor de ir a estudiar al extranjero. Gracias al convenio académico que la Universidad de Piura mantiene con su centro de estudios, la Universidad Carlos III de Madrid, Jorge pudo venir a Piura a cursar un año académico en el programa de Ingeniería Mecánico Eléctrica de la UDEP.
“He aprendido mucho, he hecho buenos amigos, tanto alumnos como profesores, y me llevo una experiencia muy enriquecedora. Cuando buscaba información en Internet sobre la UDEP, todos decían que las clases eran buenas, pero no comentaban sobre la capacidad que tienen los profesores de hacer participar a los alumnos y de motivarlos a aprender, eso me parece muy importante y me incentivó mucho”, manifiesta Jorge.
¿Cómo te animaste a venir a estudiar a la UDEP?
Primero por el tema de salir de España y cambiar de aires, cambiar del ambiente europeo. Podía postular a países Latinoamericanos y entre las opciones estaba Perú. Consultando las distintas universidades que habían, la Universidad de Piura era mejor reconocida que otras universidades extranjeras. Podría haber ido a Colombia o Venezuela, pero el nivel de la UDEP era mejor.
¿Conocías algo de la universidad?
La verdad que no. Descubrí todo buscando por Internet, viendo opiniones de personas y los intercambios que la UDEP ha hecho con otras universidades. Todo el mundo hablaba bien, la opinión era buena y el ranking estaba bien.
¿Qué es lo primero que te llamó la atención al llegar a la universidad?
Me sorprendió el tamaño del campus, es muy grande, no estaba acostumbrado a un campus de tal dimensión, porque en mi universidad es más pequeño, además el ambiente que sentía era bastante agradable.
¿Qué tal te ha parecido el nivel académico de la UDEP?
Es bastante parejo comparándolo con mi universidad, lo que es muy distinto es el sistema de evaluación, por ejemplo en España tengo un examen parcial y uno final, no hay prácticas de por medio, pero está muy bien, porque hay que trabajar todas las semanas, lo que me ha servido para realizar un trabajo constante y adoptar un ritmo de estudio que no tenía, por ello el sistema me parece bueno. Por otro lado, en España realizaba trabajos individuales y acá los trabajos que se proponen son grupales, lo que está bien porque pones en práctica muchas cosas, que normalmente cuando te quedas en el ámbito teórico no ves, se aprende mucho más, que en un ámbito teórico puro.
¿Cómo ha sido tu relación con los profesores?
Mi asesor ha sido el ingeniero Miguel Castro, siempre ha estado dispuesto a ayudarme con cualquier consulta que he tenido. Asimismo, una diferencia importante con mi universidad, es el tamaño de las clases, yo he estado en clases en las que habían 200 personas atendiendo al profesor, claro, el acercamiento por parte del profesor a 200 personas es casi nulo, no se puede. Por eso me parece muy bien que las clases en la UDEP sean pequeñas, en las que el profesor es cercano, que te puede asistir para cualquier duda, lo cual se agradece y ayuda bastante en el desarrollo de los estudios.
¿Has participado en las olimpiadas Ramón Mugica?
Si y me sorprendió bastante que una universidad organice algo tan grande para la ciudad. No se limita a ser un acto solo para la universidad, se sale por la calles, te ve todo el mundo, eso en España no se hace, es algo muy bonito, que toda la gente pueda ver las carrozas que preparan los alumnos, el espectáculo que se monta, el hecho de participar entre las distintas carreras de la universidad.
¿La ciudad qué tal te ha parecido?
Antes de venir a Perú busqué restaurantes peruanos en mi ciudad, en Madrid, y probé la comida peruana, el majado de yuca, el seco de chabelo, el cebiche, es decir ya venía preparado, aunque aquí, evidentemente, es mejor que en los restaurantes españoles, por lo que yo encantado con la comida, todo muy rico. También he conocido las playas de Máncora y Colán. Luego, junto con mi familia, que vino a pasar Semana Santa en Perú, visitamos Cusco, Puno, Lima y el Callao.
¿Cómo tomó tu familia la decisión de irte a estudiar lejos?
Muy bien, mi hermana en su momento se fue a estudiar a Alemania y a Estados Unidos, entonces mi familia ya estaba acostumbrada a estas cosas. Además, mis padres siempre nos han alentado mucho a ir por todo el mundo, eso nos anima, cuanto más mundo conoces, más cultura conoces, más sabes de la vida real, sales de tu micromundo en donde vives.
¿De qué forma crees que te ha ayudado este intercambio?
En lo personal me ha ayudado a abrir la mente, no todo es cómo yo creo, hay mucho más mundo, muchas más cosas, siempre hay mucho por aprender. Profesionalmente, cualquier empresa siempre valorará el hecho de que una persona esté dispuesta a trabajar en cualquier parte del mundo, además el haber estado en otros países siempre te fortalecerá como candidato a un puesto de trabajo, porque aprendes distintos sistemas de enseñanza, lo que implicará que no estarás preparado de una sola manera, por lo que es muy probable que puedas adaptarte al sistema de trabajo de cualquier empresa.
¿Qué opinas del aspecto humanístico de la UDEP?
Es bueno que al estudiar ingeniería haya una parte de humanidad, que los alumnos aprendan valores éticos y sensibilidad por las personas. Por ejemplo, el primer rector de mi universidad designó que todas las carreras deberían tener cursos de humanidades, él estaba muy preocupado por ese aspecto.
¿Tu paso por la UDEP te ha dejado una huella?
La experiencia de ir al extranjero siempre deja huella. He estudiado con ganas y lo he hecho lo mejor posible, tratando de aprender todo lo que pueda. Además, veo que acá hay mucho potencial para desarrollar proyectos, por lo que no descarto que el día de mañana, cuando finalice mi carrera, venir al Perú a realizar una maestría orientada a negocios.