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  • Pinceladas históricas: la devoción al Cautivo de Ayabaca

La declaración de la Peregrinación y festividad del Señor Cautivo de Ayabaca como Patrimonio Cultural de la Nación invita a seguir investigando sobre la  festividad para sustentar, con base histórica, el proceso que ha seguido hasta nuestros días. Sobre el origen de la imagen del Señor Cautivo se han escrito varias leyendas conocidas que no […]

Por Ruth Rosas. 14 octubre, 2014.

La declaración de la Peregrinación y festividad del Señor Cautivo de Ayabaca como Patrimonio Cultural de la Nación invita a seguir investigando sobre la  festividad para sustentar, con base histórica, el proceso que ha seguido hasta nuestros días.

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Sobre el origen de la imagen del Señor Cautivo se han escrito varias leyendas conocidas que no mencionaré. Al margen de este origen legendario, lo que es evidente es el extraordinario parecido con la imagen del Cristo de Medinaceli, fabricada en un taller sevillano hacia 1614, que representa el Ecce Homo típico del siglo XVII que se esparció por toda la Península Ibérica y, por ende, por toda Hispanoamérica.

Para la segunda mitad del XVIII ya se había adoptado en Ayabaca aquella imagen, según la información registrada por la primera Cofradía del Señor Cautivo conformada por españoles y por dos alcaldes de comunidades indígenas vecinas. Este pequeño grupo que, poco a poco, fue ampliándose organizó la fiesta patronal desde 1755, para la cual se reunían a llamado de campanas y delegaban las distintas actividades a realizar, con casi un año de anticipación. Del libro de actas de la Cofradía deducimos que la fiesta se celebraba con representaciones de comedias, necesarias para evangelizar mejor al pueblo –acatando lo mandado por el Concilio tridentino–; corrida de toros; fuegos o luminarias y Saraos o fiestas vespertinas o nocturnas; todo esto al son de campanas y complementado con carrera de venados, matanza del cuy, danzas y entremeses.

Es indiscutible que, paralelamente al sentido religioso, la fiesta se hallaba imbuida de un carácter profano, conferido por la alegría de la celebración y de una vida festiva indígena y española. Por ello, el VI Concilio Limense, celebrado en 1772-1773, intentó regular algunos de los actos anejos a las fiestas como los toros, mercados y negociaciones profanas, así como los excesos en comidas y bebidas de los pueblos de indios. Esto reforzó los intentos típicos del ánimo moralista y reformador del estilo ilustrado por desterrar de la doctrina algunos “vicios” como la embriaguez.

El fructífero trabajo realizado en este Concilio permite saber que, para 1773, la fiesta del Señor Cautivo todavía no era de las más relevantes en el virreinato peruano, pues no aparece en el listado que elaboran y que debían guardar los indios y españoles: en el mes de octubre sólo aparece la fiesta de “San Simón y Judas apóstoles”.

Sin embargo, diez años después, en 1783, el obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón, tras su visita al Partido de Piura, consignó en su informe la Fiesta del Señor Cautivo, en octubre, “celebrada por los arrieros”; lo que lleva a pensar que fuera este grupo quien lo había asumido primero como santo patrono para que los guiase en su oficio, y no los campesinos.

Esta visita pastoral sirve también para verificar que solo Ayabaca y Sechura tenían cofradías del Señor Cautivo. En ninguna de las 12 doctrinas ni anejos había cofradía similar, ni siquiera en Piura. En Sechura, de las doce existentes, una era del Cautivo probablemente, porque en esta zona había un buen grupo de arrieros devotos.

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De seguro los milagros del Cautivo fueron conociéndose y la devoción se expandió primero por algunas haciendas piuranas como Suipirá y, luego, a lo largo de la costa peruana llegando hasta la misma ciudad de Trujillo. El dueño de esta hacienda, Vicente María Fernández de Otero, por su devoción al Cautivo, en 1788, consiguió permiso del Consejo de Indias para pedir al Papa “Indulgencia plenaria para la Iglesia de San Francisco de Suipirá y altar de Ntro Sr. llamado el Cautivo”. Consiguió este pedido para todo aquel que “hiciere oración delante de la Imagen”; de tal manera que, si los feligreses no podían asistir hasta la doctrina de Ayabaca podían lograr la remisión de la pena en el Purgatorio en esta iglesia.

Por su parte, en Trujillo, según testimonio de Pedro Josef de Valdivieso párroco de la Vice Parroquia de San Lorenzo, en setiembre, se hacía una “Novena a la efigie del Señor Cautivo”. Este cura afirmaba que de 1789 a 1813 no faltó “la Predicación de nueve días consecutivos, en que se hacían… los desagravios a la Soberana Efigie de Christo… Cautivo que se venera en esta Iglesia… haciéndose dichos nueve sermones morales y en calidad de Mision, sacándose en su ultimo dia a la… soberana Efigie por la noche procesionalmente hechandose saetas en cada esquina y predicándose del mismo modo sus pláticas para mover los fieles a Penitencia como efectivamente se movían, hasta que cesó esta operación de la Procesión [en 1800] únicamente por mandato [del Obispo]… por ser de noche dicha micion y procesión de sangre.” Se suprimió entonces la procesión de sangre pero se mantuvieron los “nueve días de la novena del Soberano… y los otros tantos sermones” que perseguían hacer cambiar de actitud a los fieles por las acciones poco religiosas que tenían durante estas celebraciones nocturnas.

Este mandato del Obispo se aplicó en Ayabaca porque era tradición que “en todas las fiestas, después de las vísperas, aproximadamente a las nueve de la noche, los indios se reunieran dentro de la iglesia, en un acto que llamaban Velorio, a beber aguardiente, chicha y guarapo al son de melodías emitidas por el órgano y a la luz de velas”. Durante dos horas conversaban, reían y, por efecto del alcohol, cometían “ynsolencias repugnantes al templo de Dios”. El cura Pedro Patiño erradicó esta costumbre generando el descontento de los feligreses. Sin embargo, la festividad continuó y se afianzó con el transcurrir de los años en muchos corazones de fieles que hasta hoy peregrinan a la ciudad de Ayabaca para agradecer o pedir por sus intenciones al Señor Cautivo.

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