A propósito de la publicación del libro ‘La Independencia en los Andes’ de la historiadora peruana Scarlett O’Phelan, la Dra. Elizabeth Hernández ofrece su punto de vista sobre esta publicación.
Por Jaim Córdova. 13 febrero, 2015.‘La Independencia en los Andes’ es un libro conformado por nueve ensayos que desarrollan la historia de la Independencia del Perú como un proceso interconectado en múltiples aspectos. Para la doctora Elizabeth Hernández, docente de la Facultad de Humanidades de la UDEP, esta publicación, al mostrar en conjunto y en un solo texto nueve miradas profundas sobre la Independencia, se convierte en un referente ineludible de la historiografía peruana de la independencia, como relata a continuación.
“El libro de Scarlett O’Phelan presenta paralelismos y además invita al análisis. Por ejemplo, en el ensayo titulado ‘Incas y caciques en el imaginario europeo y en el proyecto político de Francisco de Miranda’, la autora analiza, teniendo en cuenta el S. XVIII, la figura del cacique y la lectura que hizo Miranda, conocido como el Precursor de la Emancipación americana, para elaborar su proyecto político en base a lo que conocía del Perú Prehispánico.
Uno de los paralelismos que trabaja O’ Phelan destaca en el ensayo ‘Juntas de gobierno de 1809 en La Paz y Quito’. “La autora realiza una comparación entre dos ciudades consideradas grandes focos económicos, políticos, religiosos, militares y culturales, que abrían y cerraban el gran espacio del virreinato del Perú. Empieza analizando la adhesión de las juntas al rey”, explica la doctora Hernández.
‘La Independencia en los Andes’ abre también las puertas del análisis sobre la posición geopolítica de Lima, la autoridad del virrey Fernando de Abascal y el binomio pendular regionalismo-centralismo. Sobre ese punto, Hernández afirma que “el libro conecta estos tres puntos a la capital virreinal peruana: Lima. Sin embargo, O’Phelan no coloca la fortaleza de esta como única explicación del fracaso de los proyectos juntistas y afirma que lo que Abascal unió, la Independencia lo desmembró en territorios que formarían, o serían, nuevas repúblicas.”
En el libro se incide también en el tema de la inclusión social, concretamente en los ensayos: ‘Ciudadanía y etnicidad en las Cortes de Cádiz’ y ‘Una inclusión condicional: indios, esclavos y castas de color entre la rebelión de Túpac Amaru y la independencia’. “Se analiza mejor la situación de las castas con el tema de su ciudadanía o no en las sesiones en Cádiz, dando como resultado, prácticamente, su exclusión de la política. Sobre los mestizos y otros grupos de color se demuestra la relación entre mestizos, ejército y caudillismo militar, que fue la relación que dirigió parte del siglo XIX republicano”, señala la especialista.
Se gira en torno a cuatro asuntos más: el tributo, la ciudadanía, la libertad y las expectativas de estos sectores poblacionales. Y respecto a ello, la docente enfatiza que “la autora pone sobre la mesa una reivindicación: los reclamos por la abolición del tributo fueron anteriores a Castelli, a Cádiz, a los debates en la península. Cádiz fue medular en la historia de América, de eso no cabe duda, pero también es verdad que potenció asuntos por los que se venía escribiendo y luchando desde las propias provincias americanas”.
Otra línea de análisis en que se centra el libro tiene que ver con la actuación de las elites criollas en los máximos sitiales del nuevo gobierno. “El análisis que O’ Phelan realiza acerca de la actuación y opciones que tomaron las elites criollas americanas a las que les llegó el momento de asumir el mando político y militar, ansiado durante décadas, es clarificador de toda esta época convulsa. O’ Phelan maneja la hipótesis de que la nobleza no se insertó con éxito en el movimiento independentista. Considero que podemos inclusive equiparar, en un momento concreto, puntos más o menos equidistantes a Lima: el sur andino realista-el norte patriota, completando así la historia conectada que O’Phelan nos está presentando para el resto del espacio andino”, indica Elizabeth Hernández.
Además, para la docente de la UDEP, las realidades paralelas que se establecen entre el Cuzco, el sur andino y las élites indígenas no son ajenas al estudio de la presente publicación. “O’ Phelan no se olvida de engarzarla con los acontecimientos en Lima. El Cuzco se estaba comportando como un centro inclinado al realismo, tanto así que en 1823 se le declaró la capital del Perú. El que esta opción política después se fuese matizando por la propia vorágine de la guerra (cupos, levas, incremento de los impuestos, etc.) no le resta significación a este desplazamiento geopolítico y mental que las elites cuzqueñas hicieron en un momento de gran incertidumbre, en circunstancias (1821) en las que la opción más fuerte la representaba José de San Martín.”