(Piura).- Fernando Huamán Flores, docente de Opinión pública de la Facultad de Comunicación, en torno al actual panorama electoral, habla sobre la importancia de no deslindar el contexto en el que una encuesta es llevada a cabo.
Por Julio Talledo. 15 abril, 2011.(Piura).- Fernando Huamán Flores, docente de Opinión pública de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura, en torno al actual panorama electoral, habla sobre la importancia de no deslindar el contexto en el que una encuesta es llevada a cabo, los datos y, posteriormente, las interpretaciones que se desfasan de estos procesos.
¿Qué función cumplen las encuestas en los procesos electorales?
En los últimos años se ha puesto énfasis en su función predictiva, tanto así, que después de una elección se regresa a ellas para saber “si acertaron” o “se equivocaron”. Sin embargo, por encima de lo que se cree, las encuestas tienen principalmente una función explicativa a partir de los datos; es decir, los porcentajes no siempre son predictivos sino un punto de partida para el análisis. La interpretación de la realidad es más un tema sociológico que estadístico, por ello, no podemos interpretar las encuestas sin mirar el contexto.
¿Cuándo las encuestas no dicen realmente lo que pasa en la campaña electoral?
Podríamos estar frente al fenómeno del voto oculto, cuando aparece la dicotomía entre “candidato bueno” y “candidato malo”, porque hay miedo al aislamiento. Una parte de nuestra vida social lleva a que intentemos caer bien en el entorno y que callemos lo que pueda considerarse “políticamente incorrecto”. En opinión pública esto se conoce como Espiral del Silencio y explica, por ejemplo, que ante la polémica los ciudadanos prefieren callar su verdadera opción política cuando no goza de buena prensa. No es que el grupo silenciado se considere minoritario, sino que opta por adaptarse a una determinada coyuntura.
¿Cómo valoraría los estudios de opinión que se realizan en el ámbito local?
Es saludable que en Piura haya estudios de percepción política, sin embargo, debemos preguntarnos si tienen una representatividad regional. Algunos estudios son impecables en la elaboración técnica, pero no pasan de tomar a 3 ó 4 provincias importantes; por lo tanto, los resultados solo son válidos para las provincias estudiadas. No obstante, cuando el ciudadano lee el periódico tiene la sensación de que está frente a un estudio de gran envergadura. El caso de la última elección municipal es significativo: las encuestadoras no tomaron en cuenta a Tambogrande y, por eso, dieron como ganador a Elera.
¿Qué recomendaría a los ciudadanos respecto a la lectura de las encuestas?
Al margen de la ficha técnica, se debe analizar la redacción de las preguntas de los cuestionarios. El enunciado debe ser claro y no inducir a respuestas “políticamente correctas”. Por ejemplo, si de entrada se pregunta la aprobación o desaprobación de un comportamiento por sí mismo condenable, debemos dudar de la objetividad del cuestionario. No necesariamente hay intención manipuladora; puede que haya faltado criterio técnico en la elaboración de las preguntas. Lo mejor será no ir a ganador y votar por las mejores propuestas. Solo así se velará por los intereses del país.