(Lima).- "El acoso escolar existe y es necesario asumirlo. Ignorarlo aumenta el sufrimiento de la víctima, de la familia y la gravedad del caso. Cuando se detecta es muy importante la actuación de los profesores y de los padres. Se debe actuar con mucho compromiso y de forma inmediata".
Por Julio Talledo. 29 abril, 2011.
, precisó la docente Genara Castillo (Humanidades) sobre la problemática del bullying en los centros escolares.
En un coloquio con profesores y directores de colegios de Lima, realizado en la Universidad de Piura, la profesora analizó este tema y expuso algunas ideas para afrontar el problema de modo responsable. Indicó que el bullying debe entenderse como el acoso u hostigamiento escolar, que se da de modo reiterado, mediante el maltrato psicológico y físico.
El enemigo: el silencio
La docente agregó que cuando se produce el acoso, el agredido suele guardar silencio, y ello se complica debido a que el agresor, algunas veces, tiene un grupo que lo secunda, por lo que suele hacer sentir de muchas maneras ese deseo de sometimiento. “La víctima, como consecuencia, tiene temor de ir a la escuela o suele tener cambios en su personalidad”, indicó Genara Castillo.
La experta mencionó que, entre los cambios que pueden revelar un posible acoso en un escolar, figuran: la baja autoestima, la desmotivación y la irritabilidad. “Ello, lógicamente, se traduce en el descenso del rendimiento escolar”, apuntó.
Un plan de acción
Genara Castillo explicó que, para hacer frente a este problema, los profesores deben estar atentos en las escuelas y realizar un análisis. Además, mencionó que es importante hacer un diagnóstico cuando se produzca la situación.
Sin embargo, resaltó como punto primordial la elaboración de un plan previo de acción. “Hay que evitar la táctica del avestruz, es decir, negarlo y esconder el problema, para evitar conflictos, por ejemplo, entre los padres de familia involucrados”, expresó la docente.
Por ello, remarcó la importancia de este Plan de acción para cuando se produzca la situación. Es decir, un plan que organice a padres de familia y profesores, y que los forme en valores.
“Este Plan debe tener un enfoque ético que promueva la convivencia y la armonía entre todos los involucrados”, finalizó.
