Más de 500 personas en Piura, también en Lima y otras ciudades, rezaron por el alma del Gran Canciller de la UDEP, Mons. Javier Echevarría, en las misas celebradas en diversas partes del país.
Por Elena Belletich Ruiz. 16 diciembre, 2016.En Lima, la celebración, en la parroquia Medalla Milagrosa (San Isidro), la presidió el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima. En tanto, en la Ermita de la Sagrada Familia, de la Universidad de Piura, lo hizo el capellán mayor, P. Ricardo González.
El P. González dijo que Mons. Javier Echevarría “ha sido el Padre, en esta familia; y para los que formamos parte de la UDEP, ha sido nuestro Gran Canciller. Es un deber que seguramente se transformará en oraciones de ida y vuelta: estos sufragios nos ayudarán a nosotros mismos. Por mucho que recemos, nos quedaremos cortos en comparación con lo que él ha rezado –y seguirá intercediendo- por nosotros”.
La misa, fue concelebrada en Campus Piura por los capellanes de la UDEP. El P. González señaló que era difícil referirse a una sola de las cualidades del Prelado del Opus Dei: “ante preguntas como qué es lo que más recuerda; qué es lo que más destacaría…: para mí es muy difícil; diría, todo: su piedad, su alegría, buen humor, capacidad de trabajo, reciedumbre, comprensión; por supuesto su delicada fidelidad al espíritu del Opus Dei recibido de San Josemaría, que procuró transmitir y sostener en todos los fieles de la Obra durante los años que fue el Prelado… Todo”.
Sin embargo, se refirió especialmente a dos aspectos, “que pueden ser un buen resumen de su vida: en primer lugar, la caridad, tanto en lo que se refiere, en primer lugar al amor a Dios, como al amor –paterno– a los demás, a sus hijos del Opus Dei y a todos los hombres y mujeres (…).
El otro aspecto que quisiera destacar es su fidelidad a la Iglesia y su cariño y lealtad al Papa, que también supo transmitir –mes a mes, en sus cartas a los fieles de la Prelatura– tanto con Juan Pablo II, como con Benedicto XVI y ahora con el Papa Francisco: constantemente estuvo secundando y haciendo eco a las enseñanzas y directrices del Romano Pontífice. Era “llamativo” cómo pedía oraciones y citaba frecuentemente palabras del Papa, de sus escritos o de las Audiencias”, mencionó.
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El P. González terminó la homilía, con la recomendación dejada por Mons. Javier Echevarría, en su carta última, sobre cómo vivir este tiempo de Adviento: “Al prepararnos para la inminente conmemoración del nacimiento de Jesús en Belén, estas semanas nos mueven a percibir cómo Dios se avecina en cada instante a nosotros, nos espera en los sacramentos —especialmente en los de la Penitencia y la Eucaristía—, e igualmente en la oración, en las obras de misericordia (…)”.
“Cada jornada de esta espera nos sitúa intensamente junto a María y a José (…) Volvamos con mayor continuidad nuestros ojos a la Virgen y al santo Patriarca: meditemos cómo aguardaban, con un afán mayor en cada jornada, el nacimiento del Hijo de Dios”.
La animación estuvo a cargo del Coro de la Universidad de Piura, que dirige el maestro Arturo Hernández Chávez.