05

Oct

2017

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES

¿Cómo escoger el trabajo?

Columna de Opinión escrita por Rafael Zavala, docente del Programa de Especialización en Gestión del Talento Humano. Publicada en el Diario El Peruano, el 23 de setiembre del 2017. Una de las decisiones más importantes en el proceso de buscar y encontrar un nuevo trabajo es saber si realmente nos conviene, si estamos tomando la […]

Por Posgrado y Extensión. 05 octubre, 2017.

Columna de Opinión escrita por Rafael Zavala, docente del Programa de Especialización en Gestión del Talento Humano. Publicada en el Diario El Peruano, el 23 de setiembre del 2017.

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Una de las decisiones más importantes en el proceso de buscar y encontrar un nuevo trabajo es saber si realmente nos conviene, si estamos tomando la mejor decisión una vez que nos hacen la oferta final. ¿Cómo evaluar si cambiamos a un nuevo trabajo o nos quedamos en el actual? O en todo caso, si solo tenemos una oferta laboral, ¿cómo evaluar si nos conviene tomarla o si seguimos buscando otras? ¿El sueldo será la única variable a tomar en cuenta? Definitivamente el sueldo es una variable a tomar en cuenta, pero no la única, y muchas veces ni siquiera la más importante.

En la actualidad, se habla del ‘salario mental’, aquella remuneración en la que un componente fundamental es la calidad de vida privada del empleado. Según este planteamiento, en los criterios de selección de un trabajo la retribución ya no ocupa el primer lugar para el empleado, sino que queda en un segundo nivel dejando paso a la posibilidad de seguir aprendiendo y de hacer un equilibrio entre trabajo, familia y vida personal. Este concepto del salario mental complementa y mejora el anterior, mientras empieza a naufragar el mito de la ‘autorrealización’ desvinculado de la dimensión afectiva que ha prevalecido en las últimas décadas en el concepto del salario. En el salario mental se abordan los permisos largos, el tiempo libre para asuntos personales o de familia, horario laboral flexible, semana laboral comprimida, jornada laboral reducida, cómputo de horas laborales por año y no por día o semana, y otros aspectos.

Evidentemente, no todas estas variables tienen un peso igual en el proceso de toma de decisiones de cada uno, razón por la cual lo ideal es colocarlas en un cuadro de Excel, y darles un peso ponderado de acuerdo con la importancia de cada una. Es decir, tomando como base el 100% cuánto del peso le tocaría a la primera variable, y así sucesivamente. Luego, en otra columna calificar cada variable mencionada anteriormente del 1 al 10.

Por último, multiplicar el peso ponderado por la calificación y la alternativa que tenga la mayor sumatoria será la óptima. Esta es una buena herramienta para plasmar en papel una forma lógica para evaluar y tomar una decisión tan importante.

 

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