Estefany Gálvez, V ciclo, es presidenta de la Sociedad Científica de de Medicina de la Universidad de Piura (Scudep). Conversamos con ella sobre su vocación profesional y el papel de la mujer en la Medicina.
Por Dirección de Comunicación. 08 marzo, 2019.¿Cómo te sientes estudiando Medicina?
Me encanta la carrera. Siempre he sabido que quería estudiar Medicina. De pequeña me enfermaba mucho por falta de un riñón, a partir de allí veía cómo se sentía estar dentro de un hospital como paciente.
¿Qué fue lo que más te impresionaba en esas visitas al hospital?
A los 18 años, me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin, y después, por la radiación de la quimioterapia, un primario de tiroides. Mis quimioterapias duraban 4 horas, y en esos momentos cuando me sentí acompañada por el equipo médico, me di cuenta que una persona es un todo, un mundo más allá de su enfermedad, y que ellos se dieran cuenta, fue lo que más me impresionó.
¿Cuándo decidiste estudiar Medicina?
Terminé a los 17 años del colegio con la idea de estudiar esta carrera. Pero luego, con todo lo que pasé, pensé en escoger una menos demandante, ya que, para una persona con mi diagnóstico, estudiar Medicina es un riesgo porque requiere de mucho esfuerzo. De todos modos, no renuncié a mi vocación de médico y comencé a estudiar a los 24.
¿Pensaste que Medicina podía ser una carrera muy larga para iniciarla a los 24?
Creo que no. La longitud de la carrera depende de los planes que uno tenga. Yo aún no he planificado formar una familia y creo que no es un motivo de cuestionamiento a nadie. Si me preguntas por mis años a futuro, estoy enfocada en la Medicina ahora.
¿Por qué piensas que ocurre eso?
Definitivamente es un tema que ahora está en la mesa en la sociedad. Yo sé lo demandante que es la Medicina, y ser mamá médica, es algo que una chica se lo debe de pensar con calma y responsabilidad. Conozco casos de doctoras de gran trayectoria y con una gran energía, que han logrado conciliar la familia y su trabajo, y es genial. En mi caso, la edad que tengo puede jugar en contra, pero bueno, de algún modo por ahora pienso que me he casado con la medicina. En el futuro ya se verá.
¿Cómo ves el papel de la mujer en la ciencia?
Nunca me he preguntado mucho si es el hombre o la mujer es quien hace ciencia. Sin embargo, sí me sorprendió cuando muchos de los libros que tenemos de nosotros en Medicina han sido escritos por mujeres porque tenía la preconcepción que el hombre había sido el protagonista de la ciencia. Por historia sabemos que la mujer no tuvo acceso a las mismas oportunidades de educación y carrera que los hombres, pero eso está cambiando mucho. Así que es un reto para nosotras hacer ciencia de calidad y brillar como cualquier persona.
¿Qué es lo que consideras como reto?
En la Universidad no observo diferencias. Sin embargo, por todo lo que vivimos día a día en nuestra sociedad, afuera es diferente. Es muy triste porque mujeres y hombres somos personas con múltiples y maravillosas capacidades, con capacidades distintas en parte pero que se complementan, y tenemos los mismos deberes y derechos, que podemos ejercer cada uno con sus capacidades y naturaleza propia.
Como mencioné antes, me sorprendo cuando me encuentro con un autor de un libro de ciencia que es mujer. Me pasó con el libro de Costanzo (fisiología), cuando me enteré que era una mujer la autora Linda Costanzo, eso me emocionó, pero sin embargo me hizo pensar que el lector no se fija si el autor es hombre o mujer porque eso no repercute en el conocimiento. Lo utilizas solo porque es buen medio de información y el formato de estilo se adapta a lo que estás buscando, y punto.
¿De qué manera piensas que una mujer complementa la Medicina?
Las mujeres por naturaleza queremos cuidar a otros, somos generosas, entregadas, aportamos armonía, intuición, ingenio y equilibrio. Creo que nuestra vocación de servicio es mayor. Pero, en general, las mujeres de Medicina tenemos capacidad para realizar todo lo que nos propongamos. A veces, ante una mujer médica dicen: “ah ya, entonces tú seguro vas a ser pediatra, o ginecóloga”. Mujeres cirujanas, neurólogas, psiquiatras, cada vez hay más, tal vez pocas urólogas y, al final, es porque se piensa que una especialidad es de hombres y otra de mujeres. Es muy tonto. Soy mujer y en este momento, eso no determina mi especialidad o el ritmo de mi vida. Eso lo determino yo.