Con mensajes emotivos, abrazos intensos, risas estruendosas y apretones de manos, cientos de egresados, venidos de distintas partes del país y del extranjero, revivieron recuerdos y enseñanzas, vistiendo de fiesta el campus verde de Piura.
Por Tania Elías. 02 septiembre, 2019.El 31 de agosto de 2019 es una fecha que será memorable por siempre para la comunidad UDEP. El “Encuentro de Oro”, una de las principales celebraciones por los 50 años de vida académica de la Universidad de Piura, mostró que para quienes se formaron en la UDEP, esta ha sido, es y será siempre mucho más que un centro de estudios: es su casa, su familia, el lugar de los años maravillosos que se han prolongado en el tiempo con amistades duraderas y enseñanzas que perduran.
“Orgulloso de ser parte de este sueño llamado UDEP”, “Gracias miles por la enseñanza, los recuerdos, las anécdotas, las amistades y todo lo aprendido”, “Para ti solo agradecimiento por todo lo aprendido y brindado”, “Mi segunda familia”, “Gracias por todas las enseñanzas y por cultivar en nosotros el amor a la verdad”. Frases como estas y cientos de firmas dejaron los egresados, que se dieron cita en el Encuentro, en el mural ubicado al ingreso del campus.
Las primeras horas
A los profesores y administrativos, el anuncio de la llegada de sus exalumnos, que desde mayo empezaron a confirmar su asistencia, los motivó a querer darles el mejor recibimiento. Se prepararon exposiciones fotográficas, clases del recuerdo, toma de fotos, entrega de recuerdos. Y, para antes de comenzar el almuerzo y la presentación de Mabi Curich, el capellán mayor celebró una Misa en la Ermita del campus. La familia UDEP se presentó ante la Sagrada Familia para luego dirigirse al centro del campus.
Humanidades, Ingeniería, Comunicación, Ciencias Económicas y Empresariales, Ciencias de la Educación y Derecho sacaron a relucir sus colores y, por doquier, exhibían con orgullo los polos con los colores de su respectiva facultad: celestes, guindas, verdes, anaranjados, azules y rojos. Por un día, egresados de hace 40 0 45 años, como los egresados de este milenio, volvieron a ser universitarios y compartieron, con alegría y emoción esta fiesta. En todos se marcaba ese orgullo común por ser “Siempre UDEP”.
Desde distintas partes del país y del exterior, también los Udepinos se organizaron con meses de anticipación. A todo lo anunciado para el gran día se sumaba la fiesta de los 50 años con un motor reconocido: la Orquesta Fallo Muñoz.
Los abrazos que se vieron a toda hora, entre los que se confundían jóvenes y adultos, cuando se reconocían entre generaciones, quedaron para más de uno capturados, no solo en una cámara o un celular, sino, sobre todo, en la mente y el alma.
“Profe una foto”, “Profe, se acuerda de mí”, “Profe, yo le dije que venía”, “¿Hace cuánto que no nos veíamos?”, “Chicos, están igualitos, aunque las chicas más regias”, “¿Te acuerdas de fulano, ¿qué sabes de él?”, “¿Con quiénes más de la promo te ves?”, fueron también las frases que marcaron las conversaciones. Pero entre los alumnos, también se revivían los recuerdos. “Ahí está mi profe de Lengua”, “¿Viste al doctor que nos hacía sufrir?… Sigue igualito”, “Hoy sabemos por qué nos exigían tanto” …
La fiesta
El almuerzo y la música criolla fueron la antesala a la fiesta. A las 3:00 p. m., a pesar del sol intenso, la música de la orquesta arrancó y con ella la diversión. Las coreografías preparadas, los bailes en grupo como en las fiestas universitarias, los pasos especiales, las canciones del recuerdo que llevaron a unir voces en los coros llenaron el ambiente de una alegría contagiosa.
Había que celebrar y se hizo con un orden impecable destacado en todo momento. Todos se cuidaban unos a otros, como si fuera un valor inculcado siempre. Detrás de todo, hubo una tarea titánica del personal de logística, servicios operativos y mantenimiento; y un gran esfuerzo de los directivos de la Universidad de Piura, recompensado con creces con la gratitud, cariño y alegría demostrado por todos los asistentes.
Así se armó la jarana, pero en un sentimiento de hermandad, de unión y confraternidad. La gente bailaba, saltaba y vibraba. Se divertía a mil. Motivos sobraban: la UDEP está de fiesta.
Happy birthday to you UDEP!
En esta celebración no faltó el canto del Feliz Cumpleaños, el agradecimiento de la Universidad a sus egresados, quienes, en estos 50 años, primero como alumnos y luego como profesionales, han sido la mejor carta de presentación de lo que es ser UDEP, un sentimiento en el que se alinean docentes y alumnos, en el que se comprende que cualquier exigencia tiene un solo fin: formar mejores personas, mejores profesionales.
El rector Antonio Abruña, acompañado de las principales autoridades de la UDEP, apagó las velitas del 50, aplaudido también por los entusiastas asistentes quienes coreaban a viva voz la canción. La fiesta siguió con la orquesta y la hora loca.
A las 8:00 p. m. el rol de animación y las notas musicales estuvieron a cargo del grupo de rock 4Pack. Ellos continuaron contagiando su emoción, y contagiando su alegría a la comunidad udepina, quienes esperaban que la noche no terminara.
A las 9:30 p. m. el cielo y el campus se iluminaron. Los fuegos artificiales impresionaron. Los celulares apuntaron al cielo para captar las luces que celebraban los 50 años. Se marcaba así el fin de fiesta, pero también se revivían los aplausos para desearle a la UDEP felicidades por los años cumplidos y éxitos por la nueva etapa que comienza.
Se recordó, en medio del estallido de los fuegos, la gratitud demostrada que alcanzaba no solo a quienes llevan adelante hoy este proyecto, sino también a los pioneros y forjadores que decidieron venir a un desierto que terminaron transformando en campus de cultura.
“Gracias UDEP, por todo lo que me diste”, “La UDEP es la UDEP”, “Lo que soy te lo debo” … “Soy siempre UDEP”. Así siguieron dejando su huella al retirarse los egresados. Una marca indeleble que todos llevamos en el corazón.
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