En plena emergencia y sabiendo que vamos a salir de esto (porque saldremos) es cuando más debemos prepararnos para, precisamente, que en nuestra “salida” podamos enfrentar un mundo “nuevo”.
Por Juana Huaco. 20 abril, 2020.Se ha cumplido ya un mes, desde la declaración de la emergencia en nuestro país, y prácticamente de un día a otro, nuestra rutina diaria cambió. Y es, justamente, cuando ya podríamos ir “acostumbrándonos” o -quizá aun, no- a una realidad propia que debemos afrontar frente a la emergencia que todos estamos viviendo.
Sin embargo, en plena emergencia y sabiendo que vamos a salir de esto (porque saldremos) es cuando más debemos prepararnos para, precisamente, que en nuestra “salida” podamos enfrentar un mundo “nuevo”. Todos estamos convencidos de que este ya no será igual.
¿Cómo lo enfrentaremos la poscuarentema? ¿cómo nos estamos preparando para ello? Deberíamos potenciar al máximo el aprovechamiento del tiempo de aislamiento social en casa. Está en nuestras manos una buena oportunidad para ir analizando e identificando nuestras carencias y debilidades, las cuales, sin un tiempo para reflexionar, no podríamos vencer, ni mejorar como personas ni como familia ni como comunidad y menos como país.
Que sea este tiempo para una reflexión que nos lleve a un cambio de actitud y de mentalidad (de chip, dirían algunos). Este cambio es necesario para ver cómo, de acuerdo con nuestras propias realidades, podríamos mejorar adquiriendo nuevos conocimientos, aprendiendo y desarrollando nuevas capacidades.
Este mensaje no es solo para los padres, también para los jóvenes y niños que bien pueden ir desarrollando actividades que les permita mejorar. No despreciemos este tiempo, esforcémonos para ser cada día mejores; solo así lograremos una sociedad más desarrollada y justa; de nosotros depende.
(Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas en él son de responsabilidad del autor).