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Ago

2016

Expertos de Estados Unidos y Chile delinean perfil del ingeniero del siglo XXI

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David E. Goldberg, fundador de Big Beacon Radio; y Héctor Kaschel, experto en redes y sistemas de comunicaciones, coincidieron en señalar que las habilidades blandas son fundamentales en la formación del ingeniero de hoy.

Por Elena Belletich. 10 agosto, 2016.

David Goldeberg1

David Goldberg, entrenador de liderazgo en Georgetown y experto en temas de inteligencia emocional; y Héctor Kaschel, expero en redes y sistemas de telecomunicaciones, dirigieron las conferencias plenarias sobre “El perfil del ingeniero del siglo XXI”, durante el Intercon 2016, desarrollado en la Universidad de Piura.

Ambos coincidieron en señalar la necesidad de que la formación de los estudiantes de Ingeniería abarque el fortalecimiento de las competencias blandas, entre ellas, la facilidad para adaptarse al cambio.

Al respecto, el ingeniero Hugo Fiestas, docente de la Facultad de Ingeniería y uno de los panelistas de la plenaria, explicó que el estudiante de Ingeniería y los aspirantes a estudiar esta carrera han cambiado, así como lo que las empresas esperan de un ingeniero”. Por ello, dijo hace falta adaptarse al cambio y procurar que los alumnos adquieran la suficiente inteligencia emocional que les permita adaptarse a él. Refirió que la Facultad de Ingeniería ha realizado ya algunos cambios en su currículo de estudios, para optimizar la formación de sus alumnos.

Goldberg en Intercon 2016

Ing. Hugo Fiestas y los doctores Héctor Kaschel y David Goldberg; y el moderador del panel, Félix Ipanaqué.

“El ingeniero de hoy debe estar preparado para responder a los requerimientos del planeta. Hay que darle la diversidad de herramientas, conocimientos interdisciplinarios, competencias blandas como el conocimiento del inglés, liderazgo, habilidades sociales que les permitan interrelacionarse con otros profesionales”, sostuvo  Kaschel.

Dijo que el mundo de hoy está mirando al ingeniero que al egresar pueda conseguir un empleo y sea también capaz de iniciar su propia empresa. Por esta razón, el emprendimiento resulta ahora fundamental para nuestros jóvenes y el mejoramiento de la calidad de vida, aseveró el profesor chileno.

Por su parte, David E. Goldberg indicó que el cambio que se da en la Ingeniería y en la formación sucede principalmente en las variables emocionales. Por ello, explicó, es importante formarlos en este aspecto para que puedan desenvolverse en ese entorno cambiante.

Esa nueva formación hará que los estudiantes puedan innovar y  cambiar el status quo y sean parte de esa revolución de la calidad que se vive hoy. “La sociedad necesita ingenieros muy cultos, con alto nivel de conocimientos y que se centren en lo humano; además, que sean  independientes y emprendedores. Los ingenieros que se están formando hoy, constituyen la primera generación formalmente entrenada en competencias blandas”, aseguró.

Al concluir su presentación, destacó el valor de la confianza para el emprendimiento  y animó a los ingenieros a confiar en sí mismos y actuar, cuanto antes, pues la innovación y el emprendimiento son fruto de las acciones.

El ingeniero iberoamericano

Héctor KaschelEl doctor Héctor Kaschel presentó el “Perfil del ingeniero iberoamericano del siglo XXI”, una investigación realizada a través de la Asociación Iberoamericana de Ingenieros. Destacó que los formadores de ingenieros deben atender a cuatro dimensiones: académica, profesional, ambiental y social, las dos últimas incorporadas en los últimos años.

Se trata, dijo, de que la formación de los ingenieros garantice “que al culminar sus estudios puedan ejercer su profesión con idoneidad, ética y competencia en cualquier lugar del mundo y, desde luego, prioritariamente en cualquiera de los países de la región gracias a su comprensión de los valores históricos, culturales y sociales que nos identifican”.

Señaló que el ingeniero iberoamericano debe ser un ingeniero global “con compromiso y pertinencia local, con sólidas bases científicas, técnicas, tecnológicas, culturales, y con arraigados valores y principios, consciente de la importancia y significado de sus nexos con la historia y el desarrollo regional, fiel a sus compromisos sociales y ambientales, atento a la identificación de los problemas y oportunidades del entorno para actuar de manera responsable y competente en cualquier escenario nacional e internacional”.

Es fundamental, expresó, que los ingenieros iberoamericanos identifiquen los límites propios de la naturaleza y “prevean de la mejor manera posible la magnitud de los efectos y alteraciones en los ecosistemas que puedan ser generados por sus proyectos, buscando siempre el equilibrio propicio entre la producción, el consumo, y el uso de los recursos disponibles”.

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