03

May

2012

A lo mejor alguna vez nos hayamos quedado perplejos ante la inocente pregunta de un escolar en pleno proceso de lectoescritura: ¿Quiénes fueron primero: las mayúsculas o las minúsculas? Y esto nos haya llevado a pensar por qué se crearon las letras mayúsculas o por qué distinguimos estos dos tipos de grafías. Pues bien, en […]

Por Claudia Mezones. 03 mayo, 2012.

A lo mejor alguna vez nos hayamos quedado perplejos ante la inocente pregunta de un escolar en pleno proceso de lectoescritura: ¿Quiénes fueron primero: las mayúsculas o las minúsculas? Y esto nos haya llevado a pensar por qué se crearon las letras mayúsculas o por qué distinguimos estos dos tipos de grafías. Pues bien, en respuesta a la pregunta: primero fueron las mayúsculas. Son una herencia de la escritura clásica romana; las minúsculas aparecieron posteriormente –alrededor del siglo XIII– para marcar la diferencia en el estilo gráfico o, tal vez, como piensan algunos, por la necesidad de crear un alfabeto fácil de leer y escribir. Cuando se impuso la moda de las minúsculas, los dialectos romances, entre ellos el español, mantuvieron la mayúscula en la primera letra de los nombres propios. Podríamos seguir hablando de más historia, pero vamos a centrarnos en tres casos de especial interés del uso de mayúsculas y minúsculas, por las dudas que ocasionan.

Dice la regla: “Todos los nombres propios se escriben con letra inicial mayúscula” (Del latínmaiusculus ‘mayor que lo ordinario en su especie’). A pesar de esto, hay casos en los que esta regla no se aplica, pues no todos los nombres que parecen propios lo son en español. Como bien lo explica la Academia, hay casos en los que no debe usarse la mayúscula inicial, salvo que venga exigida por la puntuación (después de un punto, por ejemplo).

Los nombres de los días de la semana y los meses del año deben escribirse con minúscula inicial, pues en nuestra lengua no se les considera nombres propios. En cartas y documentos administrativos y jurídicos es frecuente cometer el error de escribirlos con mayúsculas; sin embargo, si hoy tuviéramos que fechar uno de estos documentos deberíamos escribir “Piura, domingo 25 de julio”, y no *Piura, Domingo 25 de Julio ni *Piura, domingo 25 de Julio. Hay una excepción a esta regla: las fechas históricas, festividades o nombres propios se deben escribir con mayúscula inicial, como Viernes Santo, Dos de Mayo, A. H. Nueve de Octubre, etc.

Los títulos, cargos y nombres de dignidad (presidente, ministro, papa, etc.) también ocasionan dudas, al escribirlos. Se escriben con minúscula si van acompañados del nombre propio de la persona que los posee, del lugar o el ámbito a que corresponden, pero con mayúscula inicial cuando lo sustituyen (por referirse a una persona concreta): “La ministra del Interior también precisó que su cargo está a disposición del presidente Alan García” (El Comercio, 06/06/2009); “Recibimos la bendición del Papa en la misa del Domingo de Pascua”. Esta regla tiene tres ámbitos de excepción: 1) el tratamiento de los miembros de la actual corona española, incluidos los tratos don y doña: “El Rey Don Juan Carlos elogió el talante del equipo español en el Mundial de Fútbol”; 2) en documentos oficiales y jurídicos que por costumbre del trato solemne se escriben con mayúscula inicial: “El Director de la DRE/UGEL o Presidente del CEM, según corresponda, es responsable [de] que el técnico a cargo (…) cumpla obligatoriamente (…) (Comunicado de la R. M. N.º 0199-2010-ED, 08/07/2010); y 3) los cargos de elevada categoría en los encabezamientos de cartas dirigidas a ellos: Estimado Rector:

Los tratamientos (señor, señora, don, sor, santo, fray, reverendo, usted, etc.) se escriben también con minúscula inicial, pero la abreviatura siempre con mayúscula por exigirlo este caso: Sr., Dn., Sto. Fr., Rvdo., Ud., etc. La excepción se aplica a tratamientos que por tradición se usan acuñados al nombre propio: Santa Rosa o Santa Rosita (santa Rosa de Lima), San Martín (san Martín de Porres), Fray Luis (fray Luis de León), Sor Juana (sor Juana Inés de la Cruz).

Docente.

Facultad de Ciencias de la Educación.

Universidad de Piura.

Artículo publicado en el blog “Castellano actual“, diario Perú 21, jueves 26 de abril de 2012.

 

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