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Feb

2019

La familia es el hábitat natural de la realización humana

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“Realizarse” es para muchas personas una meta prioritaria de vida. La persona nace “hijo” en la familia, por tanto, en ella se producen las mejoras de cada persona y, evidentemente, las primeras ayudas. La familia viene a ser como la atmósfera natural donde el ser humano recibe amor sin condiciones; es un lugar donde se […]

Por Luzmila Flores. 28 febrero, 2019.

“Realizarse” es para muchas personas una meta prioritaria de vida. La persona nace “hijo” en la familia, por tanto, en ella se producen las mejoras de cada persona y, evidentemente, las primeras ayudas. La familia viene a ser como la atmósfera natural donde el ser humano recibe amor sin condiciones; es un lugar donde se nos quiere por ser solo nosotros, no por lo que hacemos o tenemos.

Es, precisamente, en la familia donde se nos trata con la dignidad que nos corresponde por ser “personas”, no se nos ve simplemente como un sujeto, sino como alguien único, un ser que puede ser amado y amar siendo, para ello, amante.

Por tanto, la familia nos da el quién soy y de quién soy, el origen y la pertenencia. La familia, es el santuario primario del amor y de la vida personal, en ella, el ser humano es llamado por amor, al amor.

Todo acto familiar educa o deforma. La función de enseñar que tienen los padres exige ejemplo vivido. Cuando estos no han logrado cierta formación, reducen la educación familiar a los resultados académicos de los hijos en la escuela. Pero, educar realmente, con miras hacia la realización humana, constituye un proceso de mejora a través del cual la persona puede captar la verdad, el bien y la belleza para luego vivir en consonancia.

Convenimos en que los padres son protagonistas de la educación familiar; pero, a veces, pueden serlo de forma precaria, por lo que, sin abandonar su misión, han de ser ayudados por los profesionales. Como sabemos, la vida en familia dejará huella de forma perdurable en la vida de los hijos, hacer que esta influencia de la familia sea positiva no depende solo del sentido común de los padres o de su experiencia.

Los tiempos actuales exigen prepararse para esa misión, exige que los padres sean capaces de analizar su propia situación familiar, que sepan detectar dificultades y problemas y sean capaces de resolverlos adecuadamente, acudiendo a personas idóneas.

Así, la educación familiar incluye, además de la educación que se desprende de la vida familiar y sus relaciones, todos los aportes de los diversos profesionales (educadores, sicólogos, terapeutas) que contribuyen a potenciar la vida familiar, ayudando a los padres a realizar su labor.

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