14

Feb

2022

Se afirma que, psicológicamente, el amor lo cambia todo, como dice la canción “Love changes everything” que alude a la revolución interior que se produce cuando el otro o la otra me despierta esa sensación hermosa.

Por Fernando García. 14 febrero, 2022. Publicado en el diario El Tiempo, el 14 de febrero del 2022.

Se viene el día de los enamorados y es motivo y ocasión para analizar algunos aspectos del enamoramiento, esa experiencia humana que ha ido perdiendo adeptos en el último tiempo. Hoy, pocos se animan a afirmar The power of love como reza la canción Jennifer Rush. Amores líquidos dice Zygmunt Bauman, en una era que prefiere mirar y buscar los éxitos profesionales antes que las grandes historias de amor.

El amor es unitivo, exclusivo y tiende a permanecer y a ser para siempre. Eso es lo que siente el ser humano. Imaginen si alguien se declara a alguien diciendo: ¿te amo y te amo los días de la semana… para amarte los fines de semana necesito un tiempo más… WHAT? respondería con rostro desencajado uno de nuestros millenials.

Se afirma que, psicológicamente, el amor lo cambia todo, como dice la canción “Love changes everything” que alude a la revolución interior que se produce cuando el otro o la otra me despierta esa sensación hermosa –y torturante diría Shakespeare-. Me hace salir de mí, me pone en los límites de mí mismo, me saca de la clausura en mí mismo o de estar enfrascado en la pantalla, y me hace volar.

Eso de las alas es antiguo y bien antiguo: Platón nos dice que el amor nos da alas, nos hace volar más allá de nosotros mismos, como esos que practican base jumping con sus wingsuits, aquello es impresionante, se lanzan a la ventura sin paracaídas y sin defensa. El amor y el enamoramiento son algo semejante, nos lanza hacia adelante, nos da unas fuerzas algo desmedidas y una cierta inconsciencia sana. De estos aspectos nos habla, en unos videos de YouTube, Pedro Juan Viladrich, doctor honoris causa de la Universidad de Piura.

El amor en nuestra cultura latinoamericana es calidez y cercanía. A pesar de las distancias que nos impuso el virus, la tecnología nos ayudó a estar más cerca del amor y de quienes amamos. El hombre y la mujer no pueden vivir sin amor, que es oxígeno, vitamina y proteína; es la explicación del ser humano. Así y todo, precisamos aprender a amar y esto supone reconocimiento, cuidado, respeto y más. Claro que todo –o casi todo- se puede volver al revés y lo mejor volverse lo peor. El amor convertirse en odio, mentira y decepción –algo que les encanta a los psicoanalistas describir-. Por tanto, señoras y señores, les invito a cargaros de las mejores vestiduras, a ser audaces y a decir con Johann Wolfgang Goethe: Qué gozo es ser amado y amar, dioses, qué gozo es –Poema de Bienvenida y Adiós-.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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