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2023

La Niña, El Niño Costero y el Niño Global, ¿cuál viene?

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Una alarma general, que debiera llevar a la acción, vivimos los peruanos desde hace varios meses, cuando se anunció la llegada del fenómeno El Niño para los últimos meses del año. Diversos profesionales han explicado que el evento tiene diversa intensidad y nomenclatura, según sus características. ¿Cómo saber cuál es cuál y qué se nos viene? Hablamos sobre este tema con el doctor Antonio Mabres.

Por Elena Belletich. 08 septiembre, 2023.

Antonio Mabres es doctor en Ciencias Físicas y estudioso del Fenómeno El Niño desde hace más de 30 años; y, también es profesor y exrector de la Universidad de Piura. Nos recuerda la urgencia de que todos aprendamos a convivir con El Niño, sobre todo en las regiones Piura y Tumbes, dos de las más afectadas por este fenómeno. De este modo, las políticas públicas, las inversiones, los presupuestos, y también la iniciativas personales y familiares tendrían en cuenta la posible ocurrencia de este fenómeno en cada una de las acciones y planes que realicen y reforzarán las medidas preventivas.

Cómo convivir con El Niño: la prevención

“Para aprender a convivir con El Niño, aprovechando sus impactos positivos y minimizando los negativos, lo primero que necesitamos es conocer mejor esos impactos, sobre todo los que se producen cuando hay episodios fuertes. Y, también es importante adelantarnos en lo posible a su aparición”, señala Mabres.

Al respecto, indica que, aunque hasta la fecha, desde hace años, se han hecho muchos estudios científicos sobre el FEN y se ha invertido mucho en instrumentación para medir las variables atmosféricas y oceánicas con diversas estaciones costeras, satélites y boyas, “aún seguimos con bastante incertidumbre para predecir la aparición y evolución, con más allá de uno o dos meses de antelación; y, en el caso del Niño Costero es menor aún la capacidad de predicción. Ni el del 2017 ni el del 2023 fueron anunciados con antelación”.

El doctor Mabres muestra otra evidencia de la incertidumbre que todavía tienen las predicciones: “A mediados del 2015, se formó un Niño Global fuerte en todo el Pacífico, y se esperaban lluvias intensas en Piura a partir de diciembre, en los meses de verano del 2016; sin embargo, esto no se dio, debido a un fenómeno local –en nuestras costas–, inesperado: los vientos alisios del sur, que suelen disminuir cuando hay FEN, se mantuvieron fuertes y contrarrestaron localmente el impacto. En la costa del Perú no “sentimos” el gran Niño Global ese verano”, recuerda.

Pese a lo anterior, afirma que es posible convivir con El Niño y prevenir sus impactos negativos o atenuarlos, con las siguientes medidas imprescindibles: una gran inversión en infraestructura, especialmente la urbana, vial y agrícola. Esta debe ser con obras “resistentes” a las fuertes lluvias que genera el FEN”. Comenta que, es hora de que se hagan bien las cosas en este aspecto para reducir al mínimo los impactos negativos de El Niño en lo social y económico, principalmente. “Este es un tema pendiente, quizá el principal, que tiene Piura para ser una ciudad moderna y acogedora. Y, lo mismo debe hacerse con Sullana, Talara y Paita, que necesitan encauzar y evacuar las aguas pluviales”, En suma, refiere, “no podemos volver a cometer los mismos errores, o estar siempre corrigiendo lo que se hizo mal ni fomentar un crecimiento desordenado de las ciudades”.

Mabres Torelló también recomienda “priorizar la inversión en buenas pistas y trochas en las zonas rurales, con puentes o sistemas de alcantarillado o badenes, que garanticen la conectividad. No podemos tener poblaciones aisladas por largo tiempo, sin atención médica ni ayuda, por ejemplo, cuando hacen falta evacuaciones a hospitales grandes”.

Por último, el doctor Mabres enfatiza la necesidad de “proteger la ciudad de Piura y las poblaciones del Bajo Piura, del riesgo de nuevos desbordes del río. Este es un reto difícil y costoso, pero es preciso afrontarlo con urgencia, contando con el mejor conocimiento en hidráulica fluvial y gastando lo necesario. El río Piura debe llegar al mar, sin los obstáculos que actualmente lo ‘frenan’ y son la causa de que suba su nivel aguas arriba y se desborde, con caudales iguales o menores a los del 1983 o 1998”.

Los nombres de El Niño
Con el nombre fenómeno El Niño (FEN) nos referimos a eventos climáticos muy diversos, en cuanto a intensidad, duración y hasta localización. En este sentido, el FEN Global y el Niño Costero no solo son distintos, sino que cada uno se presenta con muchas variantes. Podemos decir que “no hay dos Niños iguales”.

El doctor Mabres señala algunas de las características de estos. “El Niño Global es una alteración climática de gran escala en el océano Pacífico ecuatorial y sur. Cuando es muy intenso, en algunos casos, produce variaciones climáticas por todo el planeta”.

Respecto al Niño Costero refiere que se trata de una alteración localizada en la franja marina costera de América del Sur (sobre todo en Perú y Ecuador).

“En ambos casos, la alteración consiste, principalmente, en el calentamiento del agua del mar. Pero, simultáneamente, hay otras desviaciones de los valores ‘normales’. Lo más relevante es la disminución de los vientos alisios que, en cierto modo, causa el calentamiento anómalo del agua. También hay cambios en la presión atmosférica, en el nivel del mar y otros”.

El Niño Global comporta también presiones más altas en el Pacífico occidental, lo que se expresa en valores positivos del IOS (Índice de Oscilación Sur), que es la diferencia de presión atmosférica entre Tahití (en la Polinesia francesa) y Darwin (norte de Australia). De hecho, se le llama también ENSO (El Niño- Southern Oscillation)

Efectos de El Niño Global y el Costero
“Podemos decir que, por sus impactos en la región Piura como los habidos en 1998 (por el Niño Global) y el 2017 (por el Niño Costero), al menos en la costa, no hay diferencia entre ambos eventos, que producen lluvias intensas y temperaturas ambientales altas”. Sin embargo, agrega, “sí hay diferencias en los efectos que causan en otras regiones. El global (ENSO) afecta también a la sierra y selva peruanas; y a muchos lugares, como California, donde ocurren fuertes lluvias y tormentas cuando este se produce; y, cuando es muy intenso, causa variaciones climáticas por todo el mundo. En cambio, el Niño Costero casi solo afecta la región costera de Perú y Ecuador”.

“Los impactos en Australia son inversos: cuando hay FEN Global tienen fuertes sequías, con incendios forestales; y en las fases opuestas (de “La Niña”), de sequía en la región costera norte de nuestro país, allí hay abundantes lluvias”, acota.

La Niña
Respecto a este evento climatológico, el especialista de la Universidad de Piura refiere que es, esencialmente, lo opuesto al FEN, pues se caracteriza por las aguas frías en nuestro litoral, temperaturas ambientales menores de lo normal y ausencia de lluvias (o pocas lluvias).

“Hay que señalar que, durante la mayor parte de años no estamos en situación de Niño Global, ni de Niño Costero ni de La Niña, sino en lo que llamamos condiciones neutrales. En esos periodos neutrales, que son la mayor parte del tiempo, y durante los episodios de La Niña, la costa peruana se mantiene muy árida. Es un gran desierto surcado por los valles fértiles de los ríos de la vertiente occidental de Los Andes; esa aridez la causa el mar frío, originado por la Corriente de Humboldt, que es arrastrada por los vientos alisios que van de sur a norte”, indica el estudioso.

“Simplificando un poco, podemos decir que los vientos alisios más fuertes hacen más frío el mar y, cuando la anomalía es suficientemente grande, hablamos de ‘La Niña’. Esos años suelen ser más favorables para la pesca”.

Aclara, también, que La Niña no solo se da en nuestra costa, sino que se trata de un fenómeno global, con temperaturas más frías en el Pacífico ecuatorial central y oriental, que va unido a la fase positiva de la Oscilación Sur.

¿La conclusión?
“Como conclusión, podemos decir que habrá nuevos episodios del FEN (global y costero), y algunos tendrán fuertes impactos en Piura (en los últimos 40 años hemos tenido 4 episodios fuertes o muy fuertes)”.

“Quizá esta mayor frecuencia de episodios fuertes está asociada al cambio climático”, subraya Antonio Mabres. Y, señala, además, que eso hace más necesario defender a la población de los riesgos de desbordes de los ríos, y fortalecer nuestra infraestructura vial, puentes, etc.

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